Durante una jornada organizada en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) para debatir sobre el financiamiento a la Ciencia y la Tecnología en la Argentina, un grupo de científicos manifestó una gran preocupación por el recorte presupuestario que se está registrando en la Argentina y por el futuro de los investigadores, según informó Sobre La Tierra (SLT), el servicio de divulgación científica e investigación de Fauba.
Según Ana Franchi, investigadora superior del Conicet y directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos, CEFYBO (Conicet – UBA), en los próximos días unos 600 becarios del Conicet recibirán un telegrama anunciando su discontinuidad en el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en el país.
“¿Con qué quieren reemplazar a la ciencia, cuando le quitan el apoyo del Gobierno?”, se preguntó Eduardo Dvorkin, profesor titular de la Facultad de Ingeniería de la UBA y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Física y Naturales. “El emprendedorismo, que promueven desde diferentes organismos, no es una alternativa viable. Así no progresan los países. Están cerrando las pymes y el sistema de Ciencia y Tecnología está en riesgo de morirse de inanición”, alertó.
Según Diego Hurtado, profesor de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y miembro del Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación (MINCyT), el plan “Argentina Innovadora 2020”, impulsado por el ministro Lino Barañao desde 2012, correspondía a un modelo de país que valorizaba a la ciencia. “Ahora nos dicen que el Conicet es inviable, así como el crecimiento del INTA, del plan nuclear y de los satélites propios”, advirtió.
Franchi, Dvorkin y Hurtado son miembros del grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), constituido a comienzos de 2016. Ayer el grupo emitió un comunicado donde expresa que el menor número de ingresantes a la carrera del investigador científico y tecnológico es el menor de la última década y retrotrae al Conicet a los niveles anteriores al año 2004.
Los científicos fueron invitados por el espacio Autoconvocados Agronomía UBA a participar de un debate moderado por José Paruelo, profesor titular de la FAUBA e investigador superior del CONICET. Este evento contó con el aval institucional del Consejo Directivo de la FAUBA, y con la presencia de las autoridades y un nutrido número de docentes e investigadores.
Un recorte de 60%
En los últimos 12 años el Conicet se convirtió en uno de los principales organismos de Estado argentino: Durante este período triplicó la cantidad de sus investigadores (que hoy son cerca de 9400) y de becarios (actualmente unos 10.000), además de contar con 4200 técnicos y administrativos. Estas cifras sólo son superadas por las Fuerzas Armadas.
El crecimiento del Conicet respondió a los lineamiento del plan “Argentina Innovadora 2020”, desde donde se impulsó un aumento anual de 10% en la cantidad de ingresantes a la carrera científica. Con ello se esperaba equiparar a la Argentina, en materia de Ciencia y Técnica, a los países desarrollados, donde tienen ocho investigadores cada 1000 habitantes, respecto los tres con los que cuenta hoy nuestro país.
Ante las elecciones presidenciales de 2015, todas las plataformas de los partidos políticos propusieron, como mínimo, destinar el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) a actividades de ciencia, tecnología e innovación, tal como lo recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). El entonces candidato por Cambiemos, Mauricio Macri, incluso elevó esa propuesta a 1,5%. Pero las promesas no se cumplieron y, en cambio, se prevé concretar uno de los mayores recortes presupuestarios de las últimas décadas.
En efecto, el proyecto inicial enviado este año por el Ejecutivo al Congreso preveía un recorte de 4,3 mil millones de pesos para el sistema de CyT. “Gracias a la movilización de toda la comunidad científica, universitaria y de los medios de comunicación, se recuperaron 1200 millones de pesos. Pero ese número no alcanza”, dijo Franchi, quien también es presidenta de la Red Argentina de Género, Ciencia y Tecnología (RAGCyT).
Uno de los principales impactos del recorte recaería sobre el ingreso de jóvenes a la carrera de investigador. “En los peores momentos de la historia del país (en los años ´90 y principios de 2000), las becas del Conicet aseguraron un salario mensual que sostuvo a la ciencia en la Argentina”, recordó Franchi.
Con el Presupuesto Nacional votado en el Congreso, advirtió que en 2017 van a entrar menos de 400 jóvenes a la carrera de investigador (385 contra 943 del año anterior), equivalente a un recorte de 60%. “Unos 600 jóvenes van a recibir un mail donde se les informará que van a dejar de cobrar la beca posdoctoral -lamentó-. Sólo en salarios, equivale a una inversión de 2 millones de pesos por parte del Estado. Estos jóvenes hicieron sus doctorados durante cinco años, sumado a otros dos o tres años de becas pos doctorales y, probablemente, serán la exportación más importante y especializada del país”.
“Tenemos que resistir estas políticas, porque el ajuste no sólo va a impactar fuertemente el año que viene, sino también a largo plazo. Es lo más preocupante”, afirmó.