El sector lechero atraviesa una de las crisis más grandes de la historia, con productores que han tenido que cerrar sus tambos, otros que trabajan por debajo de sus costos de producción e intermediarios que se llenan los bolsillos amparados en la falta de acciones por parte del Gobierno.
El Presidente Mauricio Macri asumió su cargo prometiendo que iba resolver los problemas de productividad y competitividad del campo, sin embargo las economías regionales y los pequeños productores no parecen ser los protagonistas de esta promesa de campaña.
El 2016 fue un año perdido para la lechería en la Argentina y los signos de recuperación no se ven hoy a primera vista. Si hay medidas económicas efectivas, y siempre y cuando las condiciones climáticas acompañen, se espera una recuperación del sector recién para 2018.
Ante este panorama, no se descarta que la caída de la producción de este año se traduzca en faltante de leche o productos lácteos en los supermercados. Y si el Gobierno nacional no ejerce un férreo control sobre las cadenas de supermercados, se aguarda una suba del precio de estos alimentos básicos.
Los números que arrojaron los últimos once meses del año son desoladores. La caída en la producción de leche fue de un 12%, un 80% de los tambos se encuentran en una situación crítica y más de 400 cerraron en lo que va del año, retrayéndose la producción tanto para el consumo interno como para el mercado externo.
Privilegio a supermercados y falta de control del Estado
Diario Hoy dialogó con representantes del sector y todos coincidieron en un problema: la falta de decisión del Gobierno para que se sienten un una mesa todos los actores de la cadena de comercialización. Ante esta situación, siempre resultaron perjudicados los productores.
Para Tomás Bohner, de Carbap, “el productor obtuvo un porcentaje muy bajo en comparación con los supermercados, que han sacado una tajada muy grande del producto, a mi entender por la falta de control del Estado. A nadie le importa que el productor esté perdiendo plata y se encuentre por debajo de los costos de producción”.
Jorge Chemes, vicepresidente de CRA, señaló que “hay presiones de sectores importantes, como la industria, básicamente. Hay que pensar seriamente en institucionalizar para que ningún eslabón de la cadena pueda tener mayor presión sobre el otro”. “No solo en la lechería, en todas las economías regionales está ocurriendo lo mismo”, aseguró.
Emiliano Amondarain, presidente de la Unión General de Tamberos relató que “se está trabajando tranqueras afuera en los reclamos, en buscar Una Sola Voz (USV), tanto a nivel regional, provincial y nacional. Esperemos estar mejor institucionalizados, como ocurre en otros países, como Brasil o Australia, estar representados en una única voz”.
Retenciones para algunos, perjuicios para otros
Una de las medidas que afectó específicamente al sector fue la quita de retenciones a los granos, principalmente al maíz, los que encareció fuertemente el precio de los alimentos para las vacas de tambo. El alimento balanceado representa hoy un 40% de los costos de producción,
Tomás Bohner explicó que “no se programó o no se entendió que iba a haber este problema. En el momento en que se sacaron la retenciones, la actividad avícola, porcina y el tambo resultaron perjudicadas directamente. Y nadie se preocupó por resolver esa desventaja con algún otro factor”.
En la misma línea se manifestó Emiliano Amondarain, quien expresó que “es una de las situaciones que más afecta, porque tanto el grano como el maíz son los principales costos. Afecta lo que es la alimentación de vaca de tambo”.
“En el sector lácteo las medidas del Gobierno no se terminaron concretando, lamentablemente no se salió de la crisis estructural que la lechería viene teniendo desde hace años”, concluyó Jorge Chemes.
El efecto sobre los consumidores
Lo que se viene en los meses que se avecinan no es alentador. Los problemas del sector lechero van a afectar el consumo de productos básicos como la leche, el yogur y el queso u otros alimentos que ya forman parte de la mesa de los argentinos, como el dulce de leche.
Para Chemes, va a depender “del poder adquisitivo de la gente”. Hay que esperar para ver si las familias “van a poder consumir o no a los precios que hay, eso lo va a marcar el consumidor”, opinó el dirigente de CRA.
Bohner fue mucho más contundente al expresarse sobre este tema y consideró que puede haber falta o escasez de los productos. Para el representante de CARBAP: “La caída en la producción ha sido de un 12%, lo que es un volumen muy grande. Va a faltar leche, por lo que se va a encarecer”. “A menor producción va a valer más el litro de leche en el futuro”, sostuvo, y agregó: “La producción se ha caído y eso se va a ver en el consumo de los productos lácteos, no sé si en leche, queso, yogurt o dulce de leche, pero se va a ver en el consumo”.
Amondarain prefirió ser más optimista en cuanto a la situación y dijo que “puede ser alguna cuestión coyuntural de algunos días, que algún reacomodamiento afecte en la disminución de los stocks”.
Consecuencias para la exportación
Uno de los efectos devastadores de la crisis del sector lechero es la gran retracción de las exportaciones. Los precios a nivel internacional hoy permitirían un gran ingreso de capital para los productores, pero la caída durante 2016 fue tan profunda que no permiten aprovechar la coyuntura externa.
“Para hablar de recuperación en la exportación de leche, leche en polvo o quesos ya tendríamos que pensar en 2018. No hay volumen de producción para exportar. Con la producción que tenemos hoy, si exportamos podemos afectar al consumo interno”, alertó el vicepresidente de CRA, Jorge Chemes
En la misma línea, el dirigente de CARBAP, Tomás Bohner, dijo que “la Argentina se va a encontrar con que no puede exportar porque se cayó la producción en el mercado interno. El precio internacional está muy bien, el tema es que ahora no va a haber leche como consecuencia del mal manejo de la lechería”.
Chemes fue más allá y argumentó que “para evitar que esto se profundice más tenemos que definir qué lechería queremos para el país, si queremos solo una para el mercado interno o una donde lo que sobre se exporte al mercado externo”. “Eso es lo que no está definido por el Gobierno”, concluyó.
La recuperación, un largo camino
A las equivocadas políticas económicas se les sumó este año el factor climático, la “frutilla del postre” para que no se pueda hablar de una recuperación en el corto plazo.
“Nosotros estamos pidiendo un plan de salvataje para los productores que hoy están con más de 4 meses de deudas y corren el riesgo de no poder llegar ni siquiera al año que viene”, subrayó Jorge Chemes desde CRA.
Emiliano Amondarain fue determinante al afirmar que “para 2017 el objetivo es frenar la caída, eso si se quiere tocar fondo, reacomodarnos en ese sentido para empezar a tener algún grado de recuperación más significativa recién a partir de 2018”.
Números de una crisis histórica
12% cayó la producción en el sector lechero durante 2016. 1.244 millones de litros menos que el año anterior
53% se redujeron las exportaciones
21% se contrajo la exportación de leche en polvo
28.000 toneladas de leche en polvo menos que en 2015
1.500 toneladas menos del producto respecto al período anterior
3% bajaron las exportaciones de quesos
400 tambos cerraron durante el año
80% de los establecimientos tamberos se encuentran en una situación crítica
$4,4 es el precio promedio por litro de leche para el productor
$25 es el valor del litro de leche en los supermercados