La expectativa de los vitivinicultores se transformó en desilusión, al fracasar en su intento de que la Nación interviniera colocando algún freno a la importación de vinos a granel al país para proteger los precios del sector, cuando se avecina una nueva cosecha. El secretario de Comercio, Miguel Braun, fue categórico ayer cuando les dijo a sanjuaninos y mendocinos que el Gobierno nacional no hará nada para prohibir la importación de vinos, y advirtió que la apertura comercial reinante es una política de Estado.
Según contaron los participantes sanjuaninos que asistieron a la reunión convocada en Buenos Aires en Comercio -entre ellos, el ministro de Producción Andrés Díaz Cano-, el funcionario nacional descartó la existencia de la mínima intención de aplicar una política de protección al sector a partir de algún tipo de control que impida que el mercado se inunde de vino a granel, especialmente chileno; a pesar de que en la región aún hay existencias de caldos propios para abastecer al mercado. ‘’Braun dijo que no iban a hacer nada para impedir el ingreso de importación de vinos al país, ni tampoco para controlar precios’’, dijo el ministro Díaz Cano, al terminar el encuentro que se desarrolló entre las 12 y las 13,30. Al no intervenir en los precios, explicaron que también se cae el compromiso de revisar la cadena de valor, otro de los puntos por los que pidieron auxilio los viñateros. ‘’Vinimos en busca de un mecanismo de concertación de precios, para que cada sector tenga una rentabilidad justa, pero no tuvimos suerte’’, destacó el titular de la Asociación de Viñateros Independientes, Juan José Ramos.
La reunión había sido organizada por el diputado local Eduardo Cáceres, que también estuvo presente; y participaron además de Braun, el presidente del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Carlos Tizio y el Subsecretario de Desarrollo Territorial del Ministerio de Agroindustria, Felipe Crespo. Fue generada ante el malestar viñatero por el incremento de ingreso de vino chileno a granel desde octubre. Si bien los grandes grupos fraccionadores dicen que lo hacen porque lo compran más barato afuera, los viñateros lo niegan, aseguran que les cuesta lo mismo y acusan de que se trata de una maniobra para bajar los precios de los vinos y de la uva ante la proximidad de la cosecha. Lo cierto es que en los últimos dos meses y medio ya han ingresado varios millones de litros a la región y algunos también a la provincia de San Juan (ver recuadro).
Los viñateros expusieron en la mesa que la importación es innecesaria porque aún hay stock de vino suficiente, que los precios que se pagan en Chile son más caros que lo que se paga acá, que la falta de rentabilidad ha permitido que avancen plagas como la Lobesia que está perjudicando la vitivinicultura y a los productores de uva de mesa, y que tenían la expectativa de tener precios ‘interesantes’ esta cosecha porque hay poca producción del año pasado, algo que se está alejando ante la realidad de la importación. A su turno, el ministro de Producción Díaz Cano también planteó y pidió protección ante el perjuicio para la producción que provoca la empresa RPB Baggio al importar pasta de tomate, cebolla y uva de mesa, a precios que los productores locales no pueden competir. No fue a la reunión ningún representante de la industria local y mendocina, ni funcionarios de gobierno de la vecina provincia.
Tinto chileno
Las grandes fraccionadoras de vino en sólo 2 meses -octubre y noviembre- compraron en Chile 1.679.000 de litros de vino tinto a granel, según el INV; y en diciembre se aceleró el ingreso de largas filas de camiones del país vecino. A San Juan ya ingresaron 578.800 litros este mes, el 2,9% del promedio de los despachos históricos de San Juan, que ascienden a 20 millones de litros mensuales y se sabe que hay un pedido de la bodega Peñaflor para traer 1 millón de litros más.