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Aseguran que la difusión irresponsable de la soja Intacta constituye un riesgo productivo serio

La mitad de las 30 variedades de soja inscriptas este año en el Registro Nacional de Cultivares (RNC) contienen el evento RR2 PRO de Monsanto (el cual confiere tolerancia a glifosato y resistencia plagas lepidópteras). El año pasado 33 de un total de 62 variedades registradas tenían incorporado...

La mitad de las 30 variedades de soja inscriptas este año en el Registro Nacional de Cultivares (RNC) contienen el evento RR2 PRO de Monsanto (el cual confiere tolerancia a glifosato y resistencia plagas lepidópteras). El año pasado 33 de un total de 62 variedades registradas tenían incorporado el evento conocido como “Intacta”.

Tal proporción evidenciaría que las compañías semilleras que desarrollan cultivares de soja tienen en sus planes mantener una determinada oferta de materiales libres del evento RR2 PRO para satisfacer la demanda que no desea incorporar esa tecnología en sus sistemas productivos.

Si bien en el último año las noticias sobre al evento Intacta se focalizaron en temas relativos a cuestiones de propiedad intelectual, existe una cuestión prioritaria que aún no tiene mucha prensa: se trata del riesgo biológico asociado a un implementación irresponsable de dicha tecnología.

Para que la tecnología de control de lepidópteros (como las orugas de las leguminosas, medidora y bolillera) persista durante mucho tiempo, es necesario sembrar, junto a la soja Bt, al menos un 20% del área total con soja no-Bt (“refugio”) para que una masa crítica de insectos susceptibles pueda reproducirse y mantener así una población numerosa capaz de diluir la predominancia de eventuales insectos “resistentes” a la proteína Bt.

La falta de refugios no es chiste. El primer caso documentado de una presencia generalizada de insectos resistentes (en este caso barrenador del tallo del maíz) a proteínas Bt (Cry2Ab2, Cry1A.105 y Cry1F) se registró en San Luis durante la campaña 2012/13 apenas unos años después de haber introducido los híbridos Herculex I y VT3Pro en esa región productiva.

Y en soja el riesgo potencial es mucho más elevado que en el caso de maíz Bt, porque el protocolo de construcción de refugios en el cereal modificado es del 10% versus un 20% en la soja Bt. Y además el área sojera argentina a nivel nacional es cuatro veces superior a la del maíz (unas 20 M/ha versus casi 5,0 M/ha).

El problema es que, por cuestiones legales, la construcción de refugios depende de la buena voluntad de los productores agrícolas, quienes –recordemos– deben entregar (vía derechos de exportación) un 30% de su esfuerzo para luego pagar todos los demás impuestos nacionales, provinciales y municipales sobre el 70% restante.

En tal escenario, la difusión de la tecnología “Intacta” sin una oferta adecuada de cultivares no-Bt y una campaña de concientización pública sobre la importancia de hacer “refugios” adecuados en cultivos Bt, podría transformarse en unos pocos años en un problema (quizás tan grave como el de las malezas resistentes a herbicidas).

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