Esta semana, los transportistas lácteos nucleados en el gremio ATLARA, redactaron una misiva dirigida al diputado Gilberto Alegre, a los fines de peticionar que el transporte recolector de leche en tambos "sea incluido de manera directa en la referida legislación, al ser nuestra actividad un factor preponderante en la familia lechera como parte del sector primario".
Los transportistas denuncian que "en ningún caso somos contemplados en función de la importancia que nuestro sector tiene para la actividad, a pesar que al igual que el productor lechero no tenemos posibilidad de negociación con las industrias que mantienen una posición dominante".
Según los camioneros, el sector del transporte recolector de leche en tambos es un factor preponderante en la integración de la familia de la producción primaria. "Al igual que los ordeñadores, los transportistas lácteos somos parte de la esencialidad al tener que sostenerse la cadena productiva los 365 días del año, ya que estamos hablando de un producto que no puede permanecer en depósito largo tiempo, por lo tanto diariamente debemos recoger la leche localizada de manera dispersa en la zona rural para ser trasladada a las industrias que la mayoría de ellas se encuentran enclavados en centros urbanos".
Lo dicen en referencia al reto logístico de vincular a los tamberos con las industrias con un producto altamente perecedero, bajo la premisa de agilizar la recolección y el transporte, los que se agravan en épocas de condiciones climáticas adversas, debido a las malas condiciones de la red vial como consecuencia de lluvias.
"Nuestro sector atraviesa una crisis estructural agravada por la situación coyuntural y necesita de herramientas que establezcan reglas equilibradas para erradicar la imposición del cuadro tarifario por parte de las industrias lácteas que son las dadoras de cargas a nuestras empresas", argumentan en el pedido.
Producción, no servicio
Según explican, la leche recorre un extenso tramo desde el ordeñe hasta su ingreso a planta elaboradora para su procesamiento para la generación de valor agregado. "Nosotros nos encargamos precisamente de recorrer ese camino con camiones a los que se le montan tanques termos con sistemas computarizados de alta tecnología para la extracción de muestras de leche a los fines de determinar la calidad de la materia prima que está siendo transportada".
También aclaran que para cumplir con el servicio de recolectar la leche en los tambos y trasladarla hasta la planta industrial se deben cumplir una serie de normas establecidas por el Código Internacional sobre prácticas generales de higiene de los alimentos a los fines de evitar cualquier tipo de impurezas o elementos extraños, como así también manteniendo la cadena de frío. Se trata de una actividad que no puede detenerse bajo ninguna circunstancia. "Esta es otra de las razones por la que amerita un régimen diferente al transporte en general que nos permite asegurar que somos parte de la producción y no del servicio".
Y enfatizan que los caminos a recorrer para recolectar la leche en tambos son absolutamente diferentes a los utilizados por cualquier otro servicio de transporte que viaja por ruta: "por lo tanto, los determinantes para establecer los costos y el valor de las tarifas de nuestro sector son absolutamente diferentes a cualquier otro servicio, y a su vez cada prestador cuenta con situaciones disímiles, razón por la que no se puede establecer un valor por kilómetro recorrido uniforme, sino que se deben considerar factores como caminos de tierra, barro, ripio y pavimento entre otros aspectos, que tienen una directa incidencia en la conformación de las tarifas".
Para tener en cuenta
Los transportistas destacan que su actividad se destaca por sus particularidades, que deben ser tenidas en cuenta. El camión al que se le monta un tanque térmico, no puede ser utilizado para otra cosa que no sea el transporte de leche fluida. Esta situación ante la falta de un marco regulatorio pone al sector de mayor poder que es el dador de carga en una posición dominante, al encontrarse el transportista obligado a prestar exclusivamente este servicio después de haber realizado una alta inversión.
De hecho, si dos vehículos idénticos, de una misma empresa o de dos empresas de idéntico tamaño, eficiencia y organización empresaria, se destinaran a dos tambos diferentes ubicados a una distancia similar de la usina láctea, es probable que el costo de la prestación del servicio sea absolutamente distinto, como consecuencia del tipo de camino a transitar.
Otro hecho a destacar es que el transportista es responsable de la materia prima desde el retiro del equipo de frío en el tambo hasta que es entregada en la planta fabril, haciéndose cargo el chofer de la carga de la leche como así también de la supervisión para mantener la calidad, "significando sólo este ítem un 15 % superior en el costo laboral, además de la inversión en el sistema informático de carga, equipo de muestreo y medición de alta tecnología, junto a los equipos de acero inoxidable, todo de un alto valor", remarcaron.