Desde la Fundación de Lucha contra la Fiebre Aftosa (Fucofa) han asumido hace más de diez años el compromiso de lograr el control sanitario de la garrapata del bovino. La entidad entrerriana impulsa el Programa de Control y Erradicación de Garrapata Bovina, un ectoparásito que, ante elevadas cargas sobre los animales, posee un negativo impacto zootécnico en los rodeos.
Si bien en Entre Ríos se ha avanzado en la erradicación de la garrapata, al encontrarse como zona libre del parásito, los departamentos del norte provincial poseen la mayor proporción de los establecimientos en tratamiento.
La provincia se caracteriza como "indemne con focos", según indicó el coordinador de Garrapata de la Fucofa, Gabriel Simonato, quien agregó que "de una situación inicial en 2005 de cerca de 2.000 predios en tratamiento y otro tanto en vigilancia, la situación actual es de alrededor de 310 predios en tratamiento y 300 predios relevados del mismo bajo control sanitario. Estuvimos con números mejores alrededor del 2010/2012, pero diversas circunstancias, desde variables imposibles de manejar como las climáticas a otras que tienen que ver con el movimiento de hacienda, conspiraron para que la situación sea la actual, que sigue siendo buena".
Etapas.
La lucha consta de dos fases, según explicó Simonato, la primera se da dentro de los predios y la segunda es la vigilancia epidemiológica, son simultáneas. Sucede que en la medida que se tienen éxitos en la lucha intrapredial pasa a ser preponderante el esquema de vigilancia. "La lucha dentro de los predios progresa por cumplir con las premisas básicas de la lucha que son tratar la totalidad del rodeo con productos aprobados por Senasa en la dosis que corresponda y en los intervalos que corresponde. Por fuera de los predios en tratamiento, que pueden ingresar a esa categoría (aun sin habérseles encontrado garrapatas) si los límites con los predios linderos son insuficientes, se genera un área de vigilancia, que pueden ser integradas por predios linderos y traslinderos, hasta donde el grupo técnico local considere necesario. Desde allí se hacen controles periódicos, mensuales normalmente, y a su vez, se hacen controles de egreso e ingreso. Cuando los predios en tratamiento pasan a ser relevados del mismo, y por último liberados, se liberan de dicha obligación todos ellos, simultáneamente", explicó el profesional.
La Fundación recibe de Senasa diariamente informes de los DTe que se emiten hacia y dentro de Entre Ríos, permitiendo tener un control exacto. Simonato agregó que "las revisaciones de las tropas de las otras provincias nos permite minimizar o controlar el riesgo extraprovincial. Hace alrededor de cuatro años agregamos que se realice la revisación en los departamentos La Paz, Federal y Feliciano como que si estuvieran fuera de Entre Ríos, es decir sus tropas son revisadas vengan o no de campos clausurados, vengan o no con despacho. Y en segundo lugar de prioridad están las de Federación, Concordia y Villaguay. Cada departamental es libre de gerenciar cualquier tropa que quiera revisar, no hay límites para eso. Esto nos permitió detectar muchas situaciones ocultas".
Para Simonato, Corrientes "es la provincia que nos aporta la mayor cantidad de tropas, y su ubicación geográfica las hace muy susceptibles a tener esta parasitosis. A su vez Senasa, allí implementó un sistema de despacho por fuera del ente sanitario, que fue una solución administrativa, más que sanitaria, no ha sido exitoso, lo cual genera un mayor riesgo. Tenemos una buena comunicación con ellos y se están abocando a solucionarlo".
Efectos.
Se calcula que una garrapata absorbe entre 0,5 a 3 ml de sangre promedio, por lo que una parasitosis intermedia consumiría 50 litros de sangre por año, pudiendo duplicarse esta cifra. Esto se traduce con mayor susceptibilidad a otras enfermedades y en menor perfomance en lo reproductivo como en cuestiones de valor comercial. Transmite enfermedades producidas por hematozoarios, como la piroplasmosis y anaplasmosis.
En nuestro país, las pérdidas directas anuales causadas por garrapatas y sus enfermedades asociadas, se estiman en 180 millones de dólares. De estos datos, podemos establecer que la pérdida alcanza 20-25 kilos por animal.
Consecuencia directa de la parasitación por garrapatas son la menor cantidad de alimentos ingeridos por el ganado, las pérdidas de peso por toxinas e irritación, las anemias producidas por pérdidas de sangre y transmisión de hemoparásitos y la considerable depreciación de los cueros a causa de las perforaciones producidas por los picaduras. Además, estas perforaciones permiten el acceso de bacterias, micosis dermales y larvas de moscas (miasis).
El complejo tristeza "es donde los daños son mayores, ya que los efectos más directos son la mortandad de animales adultos en porcentajes que pueden ser muy importantes (más del 30% en situaciones graves), abortos, y a su vez quienes se enferman y se salvan quedan tan afectados que es muy difícil que vuelvan a gestar".
Panorama entrerriano.
Con una situación incierta que había en la provincia, en los años 2004/2005 (cuando el plan comenzó a funcionar) había más de 2.000 predios clausurados en tratamiento con garrapata en Entre Ríos y cerca 4.000 predios en vigilancia o bajo control sanitario. "Los resultados del plan se expresaron muy rápido y de 2010 a 2012 y 2013 inclusive, tuvimos cifras muy bajas de prevalencia, pero ya alertábamos sobre el problema que significaba para el plan los predios crónicos, que contaminaban a linderos y generaban malestar en la zona. La evaluación del período 2015/2016 muestra 310 establecimientos clausurados en tratamiento y un número similar bajo vigilancia, relevados del mismo, número que se complementa con predios ‘de riesgo' que a los efectos prácticos del SIGSA, figuran, o en tratamiento, o como bajo control sanitario", señaló Simonato.
A su vez, el profesional indicó que "estos datos tienen que ver con inviernos muy benignos, movimientos sin control, tratamientos en forma oculta, malas recomendaciones de distintos actores de la cadena de carne, desconocimiento del ciclo de la garrapata o el mal uso de los productos. A su vez la falta de inversión, potreros grandes, poca cantidad de personal en los predios, contribuyen a generar áreas donde el ectoparásito retorna cíclicamente, y es difícil de erradicar, si no se cambian esas pautas".
El lugar de los entes.
"Los entes son parte del sistema de salud animal, y en el plan de garrapata puntualmente la resolución 27/99 los incorpora de pleno. Les corresponde el rol ejecutivo, de campo, llevan "per se" el mayor gasto de la lucha", resaltó Simonato.
A su vez, agregó: "Los entes no tienen poder de policía y funcionan como auxiliares de los organismos estatales. La responsabilidad primaria en la zona indemne es del productor, Fucofa tiene a su cargo el monitoreo de la lucha intrapredial, o sea controlar los tratamientos, tanto en lo que hace a la cronología, como dosis, stocks, etcétera. En forma delegada tenemos a cargo la vigilancia epidemiológica, en cuanto a hacer los controles de ingreso y egreso de hacienda. Los desvíos que se observan en el campo quedan plasmados en actas de constatación, que son tratadas en comisiones departamentales y pueden o no sugerir que se transformen en sanciones".
Cabe destacar que el total del Programa de Garrapata en Entre Ríos es financiado a partir del aporte de los productores ganaderos de la provincia.
*¿Hay resistencia o principios activos?
El coordinador de Garrapata de la Fucofa, Gabriel Simonato, explicó que las resistencias son fenómenos naturales, luego de un tiempo, debido a la prolongada exposición al ácaro, se hacen evidentes, es una selección a favor de estos principios. En Argentina se han detectado resistencias a los arsenicales, luego a fosforados, hacia fines la década del 90 a los piretroides, y a las amidinas (amitraz) en provincias del norte.
"No es un fenómeno agradable, pero no es el fin del mundo, y hay manejos para demorarlas e incluso evitarlas. Tampoco son fenómenos generalizados, de por sí, hay lugares donde se siguen usando los piretroides sintéticos aún. A las Lactonas macrocíclicas, fipronil, y fluazurón, no se han documentado en Argentina aún resistencia, tampoco a las amidinas en Entre Ríos", señaló Simonato.
En principio, "los productos a utilizar deben ser los aprobados por Senasa, deben ser usados en la totalidad del rodeo, en la dosis que corresponde, y en el intervalo de tratamientos que corresponde. Alternar los principios activos es un modo de evitar dicho fenómeno, así como otras tareas complementarias que son distintas en cada predio, como por ejemplo el uso de hacienda menos susceptible como los índicos".
Debido a que las moléculas más modernas son más costosas, y que generan por más tiempo residuos en los subproductos animales, es que deben ser preservadas del fenómeno de resistencia.