En estos días, la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR) convocó a una audiencia pública para evaluar la posibilidad de volver a aplicar represalias sobre productos europeos, a modo de castigo por las trabas de la Unión Europea (UE) para importar carne estadounidense tratada con hormonas.
Si EE.UU. llegara a la conclusión de que sería más beneficioso volver a la guerra comercial con la UE y aplicara los sobrearanceles eliminados tras la negociación de la 481, cuota que en su momento frenó el conflicto, lo más probable es que la UE elimine el cupo completamente, para todos los países habilitados.
La historia
Muy sintéticamente, en 1998 EE.UU. ganó un panel en la Organización Mundial del Comercio, lo que le daba derechos a imponer aranceles adicionales de importación sobre determinados productos europeos por hasta casi USD120M, algo que instrumentó desde 1999.
En 2008, iba a cambiar el listado de rubros afectados, principalmente alimentos, pero la UE inició negociaciones de las que surgió la después llamada cuota 481, a mediados de 2009. Se trataba de una medida unilateral de la UE que inicialmente benefició a contados países (EE.UU, Canadá y Australia), a los que se fueron agregando posteriormente Uruguay y luego la Argentina, además de Nueva Zelandia.
Este contingente tampoco admite carne con hormonas, lo que limita la producción de hacienda apta para ese negocio en los países autorizados del Nafta. Tres años después, la cuota se iba a ampliar a 45 mil tons, aunque se llegó a 48 mil tons para contar con 3 mil tons exclusivas para Canadá, país que también participó del reclamo original ante la OMC.
La coyuntura
En EE.UU. están muy frustrados por la dificultad en producir carne sin hormonas, a lo que se agrega que otros países aprovechan esta cuota mucho más, cuando entienden que estaba destinada para ellos. Además, con una relación dólar/euro más desfavorable les resulta hoy difícil maximizar su aprovechamiento.
En este marco, la insistencia más reciente de EE.UU. para eliminar la restricción a las hormonas se encontró con el compromiso de la UE de negociarlo en el marco del acuerdo de libre comercio entre ambos (T-TIP por Transatlantic Trade and Investment Partnership).
Como ahora la UE anunció que no iba a completar esa negociación en este año, el USTR decidió iniciar el camino de las represalias mencionadas, iniciativa que está poniendo al juicio público. Si esto se concretara, lo más probable es que la UE elimine la cuota 481 completamente, algo que tendría derechos para hacer ya que se trata de una decisión teóricamente unilateral.
Sin embargo, países como Australia y Uruguay, que han venido contribuyendo con unas 10/15 mil tons anuales cada uno a esta cuota, podrían alegar derechos adquiridos en la OMC, con buenas chances de ganar el reclamo, aunque con la necesaria interrupción por varios meses o años, mientras se dilucida el tema.
Por el contrario, la Argentina, que logró más tarde la autorización para abastecer esta cuota y exportó muy poquito gracias a la “década ganada”, tendría posibilidades mucho más limitadas.
Sería una verdadera picardía que el país no pudiera aprovechar su potencial en este renglón, ahora que rigen nuevas condiciones para producir y exportar carne. La cuota 481, por sus características productivas, ofrece posibilidades más inmediatas que la Hilton, para cuyo completo cumplimiento habrá que esperar a que aparezca una mayor cantidad de novillos trazados. Así, sería una nueva, dura y lamentable lección para la Argentina acerca de que los trenes de la historia no se pueden perder impunemente.
Por Miguel Gorelik
Director de Valor Carne