En este contexto, el año 2010 la Subsecretaria de Salud le encomienda al SAG la inspección médico veterinaria, que en el caso de la Región de Aysén, corresponde a cinco establecimientos de faena nacional y uno de exportación. Estos son un matadero en Coyhaique, otro en Puerto Aysén, un Centro de Faenamiento de Autoconsumo (CFA), una charquería en la localidad de Chile Chico, un CFA en la localidad de Cochrane y un establecimiento habilitado para exportación en Coyhaique, los que son inspeccionados por cinco Equipos de Inspección Oficial (EIO).
El Encargado Regional (S) de Protección Pecuaria del SAG, Roberto Navarrete, señaló que “durante este 2017 el SAG mantendrá un plan de capacitación continua, de tal manera de tener funcionarios cada vez mejor entrenados y capacitados, esto para que puedan realizar la inspección sanitaria de las carnes y su declaración de aptitud para consumo humano, en base a la normativa vigente y criterios técnico/científicos, y así seguir garantizando la inocuidad y salubridad de este demandado alimento”.
Durante el 2016, los EIO regionales inspeccionaron un total de 13.098 bovinos, concentrándose el 85% de esta faena en la ciudad de Coyhaique y Puerto. Aysén. Producto de estas inspecciones, se realizaron algunos decomisos parciales por hematomas, contaminación, abscesos y adherencias, mientras que los totales fueron por caquexia, hidatidosis, tuberculosis y cisticercosis.
Con respecto a los ovinos, el año 2016 los EIO inspeccionaron un total de 15.086 animales, de los cuales el 94% fue realizado en los mataderos de la ciudad de Coyhaique y Puerto Aysén. Las causas de decomiso totales son por sarcosporidiosis, caquexia y cisticercosis, mientras que los decomisos parciales corresponden principalmente a hematomas, sarcosporidiosis y cisticercosis.
Destacar que los procedimientos de inspección deben basarse en los riesgos. Los sistemas de gestión deben reflejar las normas internacionales y tener en cuenta los peligros que puede entrañar para la salud humana y para la sanidad animal el ganado que se sacrifica. El Código de Prácticas de Higiene para la Carne (CPHC), que constituye la principal norma internacional en la materia, incluye un método basado en los peligros para la aplicación de medidas sanitarias a lo largo de la cadena de producción de carne.
