La Bolsa de Comercio de Rosario difundió una primera estimación preliminar de las pérdidas que tendrá la campaña 2016/17, como consecuencia de las excesivas lluvias que inundaron gran parte de las principales zonas productivas de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires.
En resumidas cuentas, la entidad calcula que hay 600 mil hectáreas que no se podrán sembrar, a lo que se adicionan casi un millón que no se cosecharán, lo que significa una producción 5,2 millones de toneladas menor a la inicialmente proyectada, que derivará en una pérdida de ingresos que alcanza los 1.050 millones de dólares.
“Como consecuencia de las anomalías climáticas reportadas, la estimación de producción del total de granos de Argentina para la campaña 2016/17 requiere ser recortada en 5,2 millones de toneladas, pasando desde los 124,9 millones que preveíamos en diciembre de 2016 a 119,7 millones en la actualidad”, señala el reporte.
De todos modos, el dinero que se perdería por esta menor cosecha se compensaría con un probable aumento de los precios debido, precisamente, a una caída de la oferta en el ámbito internacional.
“La producción que sí se alcance a volcar al mercado lo hará a un mayor precio (las mayores cotizaciones compensan parcialmente los menores volúmenes), por lo que la caída del valor que aporte la producción primaria de granos argentina al producto interno en la campaña 2016/17 resultaría de ‘apenas’ 200 millones de dólares menor a lo previsto hace un mes atrás con 26.600 millones de dólares”, señala el documento elaborado por las economistas Sofía Corina y Emilce Terré.
Por cultivo
Soja. De una intención inicial de siembra de 19,65 millones de hectáreas, se pasó a unas 350 mil que no lograrán completarse. De las 19,3 millones de hectáreas que efectivamente sí han sido sembradas, se calcula que 660 mil se perdieron por los cinco eventos extremos de lluvias. Es decir, casi un millón de hectáreas que se perderían. Pero los mayores precios compensan la caída de la producción y su valor bruto doméstico se mantiene prácticamente invariable: de 14.150 millones de dólares en diciembre, a 14.350 millones en la actualidad.
Maíz. La superficie sembrada finalmente sería 200 mil hectáreas menor a la estimada, quedando en 5,8 millones a nivel nacional. A eso se suma que el agua arrasó con unas 550 mil hectáreas adicionales, por lo que bajo un rinde tendencial supuesto de 72,4 quintales por hectárea, la producción de maíz que entraría al circuito comercial se ubica en 37,9 millones de toneladas. La suba de precios fue algo más moderada y no ha logrado compensar la caída estimada en la producción.
Trigo. La estimación de producción se afianza en el rango de 14,95 millones de toneladas, ya que en las zonas más afectadas por las adversidades climáticas de las últimas semanas la cosecha del cultivo había prácticamente finalizado. Con una previsión de producción constante, la suba del tres por ciento del precio FOB suma enteramente a valor doméstico de la producción, que subió de 2.400 millones a 2.450 millones de dólares en los últimos 30 días.
Girasol y sorgo. Ajustaron a la baja en 230 y 424 mil toneladas, respectivamente, por lo que la cosecha quedaría en 3,5 millones de toneladas de girasol y 2,7 millones de toneladas de sorgo.
Resto de cultivos. La cebada cervecera y forrajera, algodón, alpiste, arroz, avena, cártamo, centeno, colza, lino, maní, mijo y trigo candeal, alcanzarían en conjunto unas 7,7 millones de toneladas. Sumados a girasol y sorgo, aportarían una producción valuada en 4.100 millones de dólares, cuando un mes atrás se calculaban 4.350 millones de dólares.