El calor no da tregua y favorece los incendios que siguen afectando distintos puntos del territorio provincial. Mientras ayer los agentes celebraban haber “detenido” el fuego en el Manzano Histórico, nuevos focos de incendio se presentaron en La Payunia y en Santa Rosa, donde las llamas y la cortina de humo llegaron hasta la ruta 7.
Según informaron desde Defensa Civil, al cierre de esta edición el fuego en Santa Rosa estaba controlado. Todo indica que fueron unas 500 hectáreas de pastizales las que ardieron.
El esfuerzo de los bomberos fue por mantener alejadas las llamas de las viviendas y del tránsito de la ruta 7. Sin embargo, muchos viajeros pudieron fotografiar con sus teléfonos el incendio desde la autopista nacional.
Por su parte, en La Payunia el fuego fue extinguido anoche. Se quemaron unas 3000 hectáreas.
Controlado en El Manzano
Después de más de 48 horas de trabajo, a la 1 de la mañana del viernes lograron sofocar el siniestro que afectó a la zona de La Remonta y el Manzano Histórico, en Tunuyán.
Desde Incendios Forestales confirmaron que sólo había quedado “una guardia de cenizas en el lugar”. Se cree que las hectáreas quemadas en esta región cordillerana rondan entre las 2.300 y 2.500, según apuntó Guillermo Ferraris, responsable del área en el gobierno provincial.
Varios factores confluyeron para que se pudiera sofocar un incendio que tenía a maltraer desde el miércoles a bomberos, técnicos, funcionarios y lugareños. Por un lado, hubo mucha gente trabajando la noche del jueves en la zona del siniestro.
A los 25 bomberos voluntarios, otro tanto de la dotación de la Policía, a los agentes de Defensa Civil y de Incendios Forestales se les sumaron baqueanos a caballo (que conocían bien el territorio), vecinos y hasta chicos en moto que ayudaron a llegar hasta donde quedaban resabios de fuego.
La comunidad colaboró -por campaña a través de redes sociales- con pasas de uva, botellas de agua o soda y máscaras para los bomberos.
“Además, las llamas se dirigieron a un cañadón, que fue la oportunidad de apagarlas”, dijo Fabricio González, de Defensa Civil de Tunuyán. Aunque lo que más ayudó fue el temporal con lluvia que se desencadenó en el lugar.
Si bien el agua trajo el respiro que necesitaban, el viento previo desparramó el fuego, que estuvo a punto de alcanzar emprendimientos cercanos. “Habían llamaradas de 7 metros de altura", acotó el funcionario.