La investigadora del Instituto Universitario de Gestión Forestal Sostenible de la Universidad de Valladolid (España), María Jesús Sierra, ha perfeccionado los modelos actuales para predecir los efectos del cambio climático en los bosques, lo que permitirá adelantarse y adaptar las estrategias de gestión de las especies forestales, según informó la agencia de noticias EFE.
La autora de esta investigación ha destacado, a través de un comunicado, que los modelos de distribución de especies son una herramienta útil para la conservación, porque relacionan la distribución de las especies con variables ambientales pudiendo proyectarse en cualquier marco temporal o geográfico.
Sin embargo, ha advertido de que rara vez se incorporan en ellos elementos como la información genética de las poblaciones, el comportamiento de los factores bióticos, o la incertidumbre climática futura.
“A nivel forestal es muy común, a pesar de las evidencias de lo contrario, considerar que todas las poblaciones de una misma especie reaccionan de igual manera ante los cambios climáticos”, ha señala la investigadora.
Por este motivo ha subrayado la necesidad de abordar esta problemática, algo que ella ha conseguido resolver con la elaboración de su Tesis Doctoral y los resultados obtenidos.
De hecho, las predicciones de los modelos de distribución analizados en su estudio son mejores cuando se les incorpora la información genética.
Además permiten detectar poblaciones amenazadas por la enfermedad del chancro resinoso del pino de cara al año 2050 e incluso comparar los resultados con 42 escenarios climáticos diferentes y esperables también para 2050.
Este novedoso trabajo ha conseguido resolver con éxito las limitaciones que planteaban los principales modelos de distribución de especies para el pino negral o resinero -la segunda especie más extendida en la Península Ibérica después de la encina-, permitiendo desarrollar aproximaciones que serán de gran aplicación en el mundo forestal.
Y es que, como se recuerda desde el Instituto de Investigación que tiene su sede en el campus de Palencia, el cambio climático supone una gran amenaza para los sistemas forestales que hace necesario desarrollar herramientas que evalúen la vulnerabilidad de las especies que los componen, de cara a guiar la gestión para la conservación.
Por ello, disponer de una herramienta que permita adelantarse a las posibles consecuencias y adaptar las estrategias de gestión y conservación de las especies forestales, puede ofrecer una información muy valiosa de cara a los próximos decenios.