El proyecto está siendo realizado por el exportador Reid Fruits con el apoyo financiero del gobierno australiano.
Conversando con Portalfruticola.com, el director ejecutivo Tim Reid dijo que la intención es mitigar los factores meteorológicos adversos en el huerto de gran altitud y ampliar la ventana de comercialización más tarde de lo normal.
Dijo que había varias formas de protección de cultivos para la producción de cerezas en todo el mundo, pero la empresa recientemente conoció los ensayos en curso de la Universidad Estatal de Michigan en EE.UU. quienes están utilizando la tecnología de invernadero desarrollada por la empresa canadiense Cravo.
“Estábamos muy impresionados con ella y pensamos que era el Rolls-Royce de los sistemas que hemos visto hasta la fecha, aunque a un mayor costo por hectárea”, comentó Reid.
La decisión fue tomada para probar la tecnología en una sección de cuatro hectáreas de un nuevo huerto de 36 hectáreas de cerezo plantado en un sitio alrededor de 450 metros sobre el nivel del mar en Tasmania.
Reid explicó que la mayoría de las plantaciones en la isla estaban en una elevación mucho más baja.
A través de una combinación de variedades tardías y el tiempo más fresco, Reid espera exportar las cerezas durante febrero.
[button color="" size="" type="round" target="" link=""]“Actualmente nuestros huertos están al nivel del mar, y consecuentemente nuestra temporada normalmente se extiende desde mediados de diciembre hasta finales de enero, o tal vez sólo en febrero. Pero al subir a una elevación más alta y plantar variedades tardías en ese sitio, deberíamos cosechar desde finales de enero, cuando terminemos en nuestros huertos originales y llegar a finales de febrero“, dijo[/button]
“El principal papel del invernadero será proteger el cultivo contra los factores climáticos adversos que la zona probablemente experimente a una altitud tan alta, como las heladas. El hecho de que los árboles estén en ese tipo de ambiente, significa que es un poco más frío, y, por lo tanto, hay un mayor riesgo de que haya daños antes de la cosecha”.
Señaló que el nuevo sitio era por lo tanto, el “lugar ideal” para probar uno de los invernaderos Cravo.
Las principales variedades de cerezo cultivadas en Tasmania son Lapins, Simone, Sweetheart, Regina y Kordia, y Reid dijo que los dos últimos fueron los principales plantados bajo el invernadero debido a su popularidad en los mercados asiáticos.
El invernadero utiliza un sistema computarizado para retraer automáticamente el techo cuando es necesario, cubriendo las cuatro hectáreas en dos minutos.
Reid también destacó que el techo podría estar parcialmente cerrado para proteger la fruta del calor excesivo, que puede dar como resultado frutos suaves.
El sistema de alta tecnología, por supuesto, requiere una gran inversión financiera.
Reid indicó que se habían gastado 1,8 millones de dólares en el proyecto, excluyendo los costos de siembra y riego, pero destacó que casi la mitad de los fondos habían sido obtenidos del gobierno australiano a través de una subvención para la innovación.
Reid Fruits está fuertemente enfocada en los mercados de exportación de sus cerezas, con cerca del 90% siendo enviado al extranjero, todo a través de carga aérea.
“Enviamos principalmente a países asiáticos. Tasmania tiene una gran ventaja debido a la proximidad – podemos cosechar y tener la fruta en los estantes de los supermercados o almacenes grandes en cualquier lugar de Asia, EE.UU. o Europa dentro de cuatro días”, dijo, agregando que los mercados más grandes incluyen a China, Taiwán y Corea del Sur.
Sobre la base de los resultados futuros, explicó que el invernadero podría ser “absolutamente” extendido para cubrir más del nuevo huerto.
“Estaremos muy interesados en ver cómo va. Está creando mucha atención aquí en Australia e internacionalmente”, dijo.