La economía argentina es "una de las más cerradas del mundo", según un informe de la consultora privada Ecolatina. Pese a que las importaciones de bienes de consumo treparon 16% en el primer bimestre, se encuentran lejos del promedio de la región.
Según el relevamiento, las importaciones en nuestro país alcanzan al 10% del PBI, mientras que en la región ese ratio promedia el 30%.
Para Ecolatina, pese a la recuperación de las importaciones de los últimos meses, el grado de apertura comercial se ubica "en niveles claramente inferiores respecto a lo observado en la segunda presidencia de Cristina Kirchner" y continúa posicionándonos como la economía más cerrada de la región. Más aún, de cumplirse las proyecciones macroeconómicas que el gobierno plasmó en la Ley de Presupuesto Nacional para 2017, el nivel de importaciones sobre PBI crecería sostenidamente hasta 2019, pero no superaría el cociente de 2011.
Sin embargo, el informe se muestra crítico respecto a la política económica del Gobierno nacional, señalando que "centró su atención en aquellos mercados cuyos funcionamientos perjudicaban el crecimiento".
"Aunque el cambiario era el que mayores y más urgentes transformaciones requería, la política comercial no estaba exenta. Por ende, el fin del cepo no sólo fue cambiario, sino también importador: a fines de 2015 se sustituyeron las DJAI por el Sistema de Monitoreo de Importaciones (SIMI) que cumple las regulaciones internacionales de la OMC. Pese al contexto recesivo, las importaciones crecieron el año pasado", señala el documento.
La situación es aún más compleja si se tienen en cuenta los pilares del repunte de las cantidades importadas de bienes: el año pasado los vehículos treparon 38,5% y los bienes de consumo crecieron 17,1%. En algunos sectores beneficiados por la protección de las DAJI el salto de las importaciones fue aún mayor. Por las bajas bases de comparación, calzado, indumentaria y juguetes crecieron 21%, 34% y 35% en volúmenes durante 2016.