En el último año el precio de los lácteos creció nueve puntos por encima del promedio general de los alimentos básicos debido a la restricción de oferta de leche generada por desastres climáticos y la ausencia de incentivos económicos para invertir o directamente permanecer en la actividad.
En junio de 2017, según los últimos datos publicados por el Indec, la canasta de productos lácteos básicos en la ciudad de Buenos Aires registró un aumento promedio de precios de 29,5 % respecto del mismo mes del año pasado versus 20,4% el promedio de alimentos y bebidas no alcohólicas.
El ranking de subas interanuales de precios lácteos es encabezado por el yogur firme (+53,5%), manteca (+48,4%), el dulce de leche (+32,0%) y la leche en polvo entera (+31,4%). El consumo de este último producto viene en ascenso en el marco de unproceso de "africanización" de la demanda interna de lácteos.
Los productos que menor ajuste interanual de precios registraron -según el relevamiento del Indec- fueron el queso cremoso (25,9%), la leche fresca entera en sachet (+26,7%), el queso sardo (+26,8%) y el pate-grass (+26,8%).
El crecimiento del precio de los lácteos se presenta en simultáneo con una reducción de las ventas formales -medidas en volumen- realizadas por las principales industrias lácteas (lo que no necesariamente indica una caída del consumo real, pues buena parte del mismo puede haber migrado al circuito informal).
La escasa disponibilidad de leche obligó a las industrias lácteas a abonar valores por la leche superiores a los de su capacidad teórica de pago (el último precio de referencia publicado por la Subsecretaría de Lechería, correspondiente a mayo pasado, fue de 5,46 $/litro, una cifra 37,8% superior a la de mayo de 2016). Ese ajuste, sumado a costos comerciales, logísticos y laborales crecientes, se terminó trasladando a los consumidores locales.