La pasada semana saltó la alarma en toda Europa cuando fueron retirados millones de huevos de los supermercados del continente debido a la existencia de partidas contaminadas con fipronil, un insecticida tóxico para el consumo humano. Hasta siete países están afectados a día de hoy: Reino Unido, Francia, Holanda, Bélgica, Suecia, Alemania y Suiza, aunque la Consejería de Sanidad anunció que estos alimentos contaminados no han llegado a España.
Pero, ¿qué es el fipronil, el pesticida del que toda Europa habla? Se trata de un insecticida descubierto por la farmacéutica Rhône-Poulenc entre 1985 y 1987 y que salió a mercado en 1993. Se utiliza para combatir plagas, y también patologías en animales. Tiene usos veterinario en perros y gatos, y también para controlar las pulgas, garrapatas, moscas o piojos en el ganado bovino, aunque se utiliza sobre todo para fumigar.
Pese a ser efectivo en estas funciones, su utilización tiene efectos nocivos sobre el medioambiente y la salud humana, si bien es cierto que es muy complicado acabar contaminado por este pesticida. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una sustancia «moderadamente peligrosa para el ser humano» y es necesario tomar una gran cantidad de fipronil para que derive en problemas de salud en humanos. Para ello, habría que ingerir en torno a cien miligramos de la sustancia por kilo, algo equivalente a comerse cien huevos adulterados.
Las evidencias más claras de sufrir esta contaminación responden a síntomas como dolor de cabeza, náuseas, mareos y en el peor de los casos, problemas renales. A este respecto, hay que señalar que los huevos contagiados en ningún caso habrían sido espolvoreados por fipronil, sino que este se utilizó para tratar patologías de las aves de las que salieron.
Sin embargo, el fipronil no está aconsejado como insesticida para todos los animales. Los conejos (y sus crías), y las aves de corral, son altamente sensibles a cualquier sobredosis de esta sustancia, por lo que no deben ser rociados con ellas para tratar la presencia de insectos. Por ello, sorprende más todavía su presencia en huevos.
www.abc.es