Las empresas agropecuarias deben enfrentar una falta de liquidez por las diferentes alícuotas que deben afrontar en el pago de IVA, debido a la retención que realiza el fisco, mecanismo que podría ser salvado con el llamado "contrato de Maquila", señaló hoy el tributarista Alejandro Larroudé
Según el especialista, las dificultades de liquidez que enfrenta el sector agropecuario no siempre se debe a magras cosechas o malos resultados en la ganadería sino a "las diferentes alícuotas del impuesto al valor agregado bajo las que se encuentra sometida la actividad".
"Ya sea al adquirir insumos y servicios -indicó-, abonando por los mismos alícuotas, que en la mayoría de los casos es del 21 por ciento y vendiendo su producción de granos y hacienda al 10,5 por ciento".
El desfase que se produce en dichos saldos favor del contribuyente no logran, según explicó el tributarista, ser recuperados en tiempo y forma por parte de las firmas agropecuarias, hecho que traba la necesidades de liquidez que tiene esta actividad.
Larroudé consignó además que "otro de los factores que condicionan al sector corresponden a las retenciones de IVA: si bien los saldos a favor que se generan producto de las mismas, pueden compensarse con otros impuestos, transferirle a terceros o solicitar devolución, en la práctica, no siempre es posible".
"Una cuestión no menor a considerar de la empresa agrícola -se explicó- es la imposibilidad de solicitar certificados de exclusión de retenciones de IVA por la venta de granos; por lo tanto, los saldos a favor que se generen, en muchas ocasiones, se debe esperar meses para poder utilizarlos".
Larroudé refirió que si bien el proceso de pago de reintegros de las retenciones por la venta de granos demora entre 45 a 60 días por arriba del plazo previsto de 45 días que debería tardar la acreditación del CBU del contribuyente.A este tipo de cuestiones, también se le deben sumar otras que afectan la posición económica de las empresas como son la inflación y demás pérdida provocado por el lucro cesante producido por la inmovilización de saldos.Según el tributarista, esta problemática puede salvarse a través de no quedarse con ese dinero estático, hecho que para la venta de granos podría ser reemplazado por el mecanismo de venta de producto industrializado, a través de los contratos de Maquila.Con estos contratos, la empresa agrícola entrega granos a la industria, que procesa y entrega nuevamente el producto industrializado: así la empresa agrícola puede vender el producto al 21 por ciento y no el grano valuado al 10,5 por ciento, evitando así enfrentar un diferencial de IVA en la comercialización.