Las actividades agrícolas son consideradas, luego del sector energético, el segundo mayor responsable de la emisión de gases de efecto invernadero del país. No obstante, a partir de un sistema de conteo de "secuestro de emisiones" desarrollado por un equipo de investigadores argentinos, el sector rural no sólo dejaría de ser uno de los culpables del cambio climático, sino que pasaría a ser parte de la solución.
"La producción agropecuaria está generando un crédito de carbono que no es contemplado en los inventarios que realiza el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático)", destacó el ingeniero agrónomo Ernesto Viglizzo, investigador del Conicet y uno de los desarrolladores del nuevo sistema de medición.
Según su investigación, "aunque la ganadería es un importante emisor de carbono, el secuestro de este gas que producen pasturas, bosques, arbustos y pastizales logra compensarlo".
Utilizando grandes bases de datos, Viglizzo y su equipo lograron medir tanto la generación como el secuestro de gases de invernadero, y concluyeron que "el balance es positivo, y compensa las emisiones generadas por otros sectores de la economía como la producción de energía, el transporte y la actividad industrial", aseguró el investigador.
El nuevo método de medición de gases de invernadero (GEI) "analiza de forma más detallada la emisión y captura de gases, que las metodologías actualmente vigentes", afirmó el investigador. De ser aprobada por el IPCC -organismo encargado de monitorear la evolución del Cambio Climático-, la Argentina dejaría de ser un país emisor para ser considerado "carbono neutral" y esto reduciría sus compromisos de reducción de emisiones asumidos en el acuerdo de París firmado en diciembre de 2015.
"Varias actividades del sector rural secuestran carbono (el principal gas de efecto invernadero, aunque hay otros como el metano y el óxido nitroso)", explicó Viglizzo en diálogo con El Cronista. "La cría de ganado en pastizales naturales y cultivos como el maíz y el sorgo, junto con los bosques y pastizales naturales, actúan como captadores".
Si bien la ganadería en feedlots y los cultivos extensivos de soja son generadores de GEI, "su efecto puede compensarse o diluirse con buenas prácticas como la rotación de cultivos (maíz-soja y trigo-soja), la incorporación de pasturas y plantaciones forestales", destacó.
El estudio, así como el método de conteo de emisiones, fueron presentados durante un seminario conjunto de la Sociedad Rural Argentina y la dirección de Asuntos Ambientales de la Cancillería.
De ser validada a nivel internacional, esta metodología beneficiaría no sólo a Argentina sino a otros países, como sus vecinos del Mercosur, con alta actividad agropecuaria y que hoy son considerados emisores netos de gases de invernadero.
La misma será presentada durante la próxima Cop (Conferencia de las Partes) sobre Cambio Climático que se realizará en noviembre en Bonn, Alemania.