Luego de un comienzo demorado de la cosecha de maíz en Estados Unidos en este 2017, los pronósticos de tiempo seco para la próxima semana en el Medio Oeste americano, principal zona productora del grano, permitieron reavivar el optimismo por el avance de las cosechadoras.
Como muestra el primer gráfico, hasta la semana pasada las trilladoras sólo habían completado el 28% del área proyectada, muy por detrás del 46% de la campaña pasada como así también del 52% promedio de los últimos cinco años.
De cualquier modo, la presión bajista que reviste la entrada de la gran oferta estadounidense pudo compensarse con la fortaleza de la demanda externa por el grano, luego que el USDA reportase exportaciones semanales por 1,3 millones de toneladas, muy por encima del rango que esperaban los operadores entre 0,8 y 1,1 Mt. Así las cosas, al día jueves los futuros más cercanos de maíz en el mercado de Chicago cerraron sin cambios respecto a la semana previa a US$ 137,3/t.
En el mercado local los valores ofrecidos abiertamente para la compra de maíz tampoco registraron mayores cambios en la semana, aunque sí sobresale la escasa disposición de la demanda para asegurar cupo para descarga inmediata de granos. Así, al jueves la actividad se concentró en la descarga contractual (es decir, de cara a los próximos 30 días) pagando por ello $ 2.350/t, el mismo valor que la semana pasada se daba por la descarga inmediata con cupo asegurado.
Para maíz de la nueva cosecha 2017/18 se ofrecieron abiertamente hasta US$ 143/t para la entrega en el mes de abril, aunque a aquellos productores dispuestos a comprometerse a entregar en marzo se les ofrecía una bonificación de US$ 2/t. Para el maíz tardío o de segunda a entregarse entre los meses de julio y septiembre del año próximo se pagaron hasta US$ 142/t el día jueves.
Cierto debilitamiento de comienzos de la semana se frenó ante el temor que impuso el fuerte sistema de lluvias que se sintió en nuestra zona. Según GEA, ya suman 100.000 las hectáreas que se planeaban sembrar con maíz de primera y deberán dejarse de lado para pasar a soja o maíz tardío, ajustando el panorama de entregas para el año próximo.
Actualmente, el mercado de maíz se ve muy presionado en el mundo por la espectacular cosecha que lograron los brasileros este año. Justo en esta semana, el USDA, a través de su Servicio Agrícola del Exterior (FAS), aumentó la estimación para la cosecha de maíz 2016/17 de nuestro país vecino a 97,7 Mt debido a la mejora en los rindes. La cosecha resulta, por lo tanto, un 46% superior al año anterior. Con esta mayor oferta, las exportaciones del grano también alcanzarían un récord histórico de 35 Mt, lo cual más que duplica los despachos del año anterior.
Sin novedades fundamentales para el trigo, Argentina tiene el ojo puesto en la próxima cosecha
El contrato más cercano de trigo en Chicago cerró a US$ 157,6 /t este jueves, lo que representa una leve suba del 1% frente al jueves anterior, mientras que el trigo duro en Kansas cerró sin cambios respecto al jueves anterior a US$ 158,9/t. Nuevamente, las señales positivas desde la demanda externa por cereal norteamericano permitieron compensar la presión negativa que ejercen los abultados stocks internacionales de trigo, y explica la tendencia neutral. En el caso de las exportaciones semanales de EE.UU., el USDA informó ventas externas por 615.400 toneladas, superando el rango de expectativas del mercado que se posicionaba entre 250.000 y 450.000 toneladas.
En el mercado local, los precios para la descarga inmediata cedieron un escalón respecto a la semana anterior aminorando el ritmo de actividad pero sin frenarla completamente. Los ofrecimientos abiertos para la posición disponible quedaron en $ 2.850/t, unos $ 50/t abajo que la semana anterior.
Para el trigo nuevo los precios tocaron máximos de US$ 165/t por la descarga en los meses de noviembre, diciembre y enero, o US$ 168/t para grano Grado 2. Para febrero, en tanto, se ofrecieron abiertamente US$ 170/t al igual que para la entrega en el mes de marzo.
Este último segmento atrae cada vez más atención del mercado, a poco de comenzar la época más activa para el trigo coincidente con la cosecha durante los meses del verano. Hoy el cereal está en su etapa crítica de desarrollo en la zona núcleo del país, con un 70% llenando granos, un 15% floreciendo y el resto en estadios de prefloración mientras el productor controla atento la aparición de enfermedades, según reportó GEA. En localidades puntuales de Santa Fe se detectaron focos de infección de golpe blanco o fusariosis mientras que en el norte de Buenos Aires hay alerta por roya del tallo.
En general, una oferta más ajustada que el año pasado se contrapone a negocios interesantes para la exportación que se apura a anotar ventas. Según muestran las declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) a la fecha, a la fecha Argentina tiene compromisos de exportación asumidos para trigo de la campaña actual por 11,5 Mt, más otras 1,2 millones de toneladas ya comprometidas del nuevo ciclo 2017/18. Los compromisos de este año comercial 2017/18 en particular son los más altos de los últimos años, sustentando las exportaciones récord.
En la proyección de lo que pueden ser las exportaciones de trigo y harina para el año 2017/18, suma al optimismo la revisión de las expectativas de producción brasileña para el nuevo ciclo que hizo en la semana el FAS del USDA que dejó la previsión de cosecha en 5,15 Mt, un 23% por debajo que la campaña 2016/17 debido a las condiciones secas y las heladas que se sufrieron a mitad de la etapa de desarrollo de las plantas.