Las necesidades financieras que deba enfrentar cada productor de trigo en las próximas semanas, cuando comenzará de lleno la cosecha del cereal, serán claves para saber quien debe apurar la venta del grano o aguardar hasta comienzos de abril próximo, pase que implica una diferencia superior a los 18 dólares por tonelada.
Según Sebastián Salvaro, analista del mercado de granos, "solo entre enero y julio, el valor del trigo tiene un pase de 20 dólares por tonelada, por ello las empresas deben prepararse a no vender en cosecha y sí pasarlo, de ser posible, a futuro que será cuando la molienda y exportación lo necesitan".
También el especialista Adrián Seltzer, en declaraciones periodísticas, comentó que "con las condiciones climáticas por las que atravesamos, los productores están apostando a no lograr calidades excepcionales y tratando de asegurarse la colocación de un trigo en condición cámaras sin grandes exigencias y valores tentadores".
Así, desde el sector privado, consideran que la posición que asumirá la producción sería tratar de alcanzar los valores estimados para el trigo al momento de la siembra, cuando se calcularon los márgenes iniciales de cosecha.
La diferencia de rentabilidad está presente en las pizarras, ya que en Rosario por el trigo a entregar en diciembre próximo recibe -según el Mercado a Término de Buenos Aires- un valor de 162,8 dólares por tonelada, mientras que en Buenos Aires, el precio pautado a julio próximo está clavado en los 180,6 dólares.
Por ello, los analistas del mercado granario local destacaron la posibilidad, a cuenta del clima que restará calidad al cereal que comenzará a cosecharse en las próximas semanas, de disponer opciones de venta: para el disponible ante un mercado abastecido o bien cerrar contratos forward a futuro.
Cuando ya comenzó la trilla de trigo en el norte argentino, aún con escasos resultados, se espera que en las próximos cuatro semanas comiencen con mayor brío las labores en campos trigueros de Entre Ríos, centro y norte de Santa Fe y Córdoba.
Actualmente el sector de la molinería concentró ya compras por casi 4 millones de toneladas, mientras que la exportación retiene también otro millón en sus silos, con la vista puesta principalmente en la demanda que se generará desde Brasil, afectado por una fuerte sequía.
Por eso muchos apuestan a que se logre retener el trigo hasta febrero o marzo, que es cuando la demanda habitual que impulsa la molinería local lleva a presionar al precio del cereal en momentos en que la exportación se ocupa solo de ubicar la cosecha gruesa.
De todas maneras, con un valor base para el trigo disponible de entre 160 y 165 dólares por tonelada, la mejora es sensible respecto a los 145 y 150 dólares que recibía el productor hace un año.