En el marco de la presentación del informe "Radiografía de la presión tributaria de las provincias", elaborado por el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (IEEyNI- SRA), Etchevehere dijo que Argentina está "frente a la necesidad de profundizar la competitividad y la disminución de la presión tributaria es clave para avanzar en este camino".
"El campo es la actividad más federal de la Argentina, en todas las provincias hay actividad agroindustrial, por eso nos afecta sensiblemente la expansión de la presión tributaria de origen provincial", dijo.
Desde la sede de La Rural en el centro porteño, el dirigente dijo que "muchas veces ocurre que tranqueras adentro el campo tiene una competitividad que por cuestiones impositivas se pierde".
Durante la presentación del informe, los especialistas de la entidad destacaron que entre los impuestos que más subieron, está Ingresos Brutos (IIBB), que tuvo una variación del 131 por ciento en el período analizado en el estudio, que va del 2012 al 2016.
Con estos datos, según el estudio, Ingresos Brutos alcanzó su nivel más alto de presión tributaria desde que se creó.
Con estos datos, hoy IIBB es el tercer impuesto en recaudación: representa el 4% del PBI cuando, en 2002, era menos de la mitad (1,7%). Sólo es superado por dos tributos nacionales: IVA (7,1% del PBI) y Ganancias (5,4%).
Para la Sociedad Rural, "en los últimos 15 años se vivió una importante expansión de este impuesto, a raíz de reformas escalonadas que determinaron que hoy IIBB tenga una participación del 75% en la recaudación de las provincias, cuando en 2002, lo hacía en un 58%".
"Entre las medidas provinciales que llevaron a este crecimiento están: la quita de exenciones a las actividades primarias, el aumento de las alícuotas, las alícuotas diferenciales por facturación y por radicación, que terminaron en la creación de Aduanas Internas", detalló Ezequiel de Freijo, analista del IEEyNI y autor del informe.
"Este es un tributo altamente distorsivo, y su elevado aumento de la presión fiscal está generando fuertes pérdidas de eficiencia sobre la actividad económica. Tiene efecto cascada, por eso, en el caso de la carne, puede llegar a representar entre el 7 y el 11% del valor final del producto, según la provincia", aclaró De Freijo.
Por otra parte, la Sociedad Rural estimó que el impuesto a la propiedad inmobiliaria decreció, entre 2002 y 2016, pero este promedio esconde el importante crecimiento que tuvo el impuesto inmobiliario rural, en especial en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
"En estas cuatro jurisdicciones, el tributo aumentó el doble que el total del inmobiliario rural y urbano de las 19 provincias restantes", destacó la entidad.
Por último, señalaron que "con una variación del 137%, el impuesto a los sellos fue el tributo provincial que más aumentó, entre 2002 y 2016. Sin embargo, su incidencia es mucho más baja que la que tiene IIBB. Representaba el 7% de la recaudación de las provincias, y hoy equivale al 9%".