El 57% de la soja de primera implantada en Entre Ríos posee una condición evaluada entre buena y muy buena, mientras que el 43% restante se encuentra entre regular y mala, informó esta semana la Bolsa de Cereales de esta provincia.
"A inicios del mes de enero, el 76 % del área implantada contaba con una condición evaluada entre buena y muy buena, mientras que actualmente este rango se ubica en el 57%", detallaron.
Los colaboradores del organismo reportaron que la situación "es muy variable" de acuerdo al lote, cultivo antecesor, distribución y a la heterogeneidad del monto de las lluvias.
En tanto, señalaron que una parte importante del área con soja implantada "muestra síntomas de estrés" como pérdidas de hojas, flores y vainas, lo que se asocia a un "lento crecimiento y desarrollo".
El cultivo se encuentra "en etapa reproductiva", confirmaron, donde se detectan lotes desde inicio de floración (R1) hasta inicio de llenado de granos (R4); mientras que se han detectado "chinches, arañuelas y trips", por lo que fueron necesarios los controles químicos.
Respecto a la soja de segunda, la condición se presenta en un 8% muy buena, por encima de lo normal; 38% buena; 40% regular y 14% mala; con un estado fenológico que va desde tres hojas desarrolladas (V3) hasta plena floración (R2).
El pulso seco "impactó en la condición" de la soja de segunda, ya que a inicios de enero el 81% del área cultivada se ubicaba entre una condición de buena a muy buena y a inicios de febrero este valor se redujo al 46%.
Los colaboradores informaron que la situación del cultivo se presenta con un panorama "más complejo" debido a que las "escasas precipitaciones afectaron la tasa de crecimiento y el desarrollo de las plantas".
A nivel de lote, existen sectores "con suelos de inferior aptitud agrícola" y se observa la muerte de plantas, mientras que en otros sitios, la escasa humedad durante la siembra "no posibilitó la emergencia de las semillas", y se detectaron ciertos insectos.
Por otra parte, la Bolsa entrerriana indicó que el estado fenológico del maíz tardío y de segunda se ubica entre cuatro a ocho hojas desarrolladas (V4 a V8); debido a que "las elevadas temperaturas y las escasas precipitaciones afectaron el normal crecimiento" del cereal.
Los colaboradores del organismo provincial reportaron que se observan "síntomas de estrés" como el envejecimiento prematuro de las hojas basales o bien el acartuchamiento en las horas de máxima temperatura.
Una parte importante de la superficie implantada presenta "severos ataques de gusanos cogolleros", por lo que ha sido necesaria "dos aplicaciones" para su control, precisaron.
En tanto, el 67% del maíz de segunda presenta una condición entre buena y muy buena; mientras que el 33% restante se ubica entre regular y mala condición fenológica.
Respecto a la situación de la siembra del sorgo, la Bolsa de Cereales entrerriana mencionó que se ubica "desde lotes que están finalizando la etapa vegetativa hasta sitios donde se encuentra iniciando el llenado de granos", donde un 80% cuenta con buena condición y un 20% regular.
Si bien la mayor parte del área todavía refleja "una condición aceptable", se aprecian efectos "del pulo seco", como "el acartuchado de las hojas, plantas de pequeño porte con tallos delgados y en algunos casos se observa una rentención de la panoja", comunicó.
