Las casas consignatarias que operan en el histórico Mercado de Hacienda de Liniers se debaten entre dos opciones, las localidades de Ezeiza o Cañuelas, para mudar sus operaciones cuando a fines de 2018 deban abandonar el predio del barrio de Mataderos que ocupan desde 1901.
Según cuál sea el resultado de esa polémica, los 1,2 millones de bovinos que pasan cada año por ese centro concentrador podrían comenzar a subastarse en alguno de los dos predios en pugna.
La puja para ver cuál será el lugar elegido para mantener la actividad del viejo mercado ganadero se originó entre las propias casas consignatarias que operan en el lugar y lo administran a través de una sociedad anónima que en los años '90 recibió la concesión de parte del Ministerio de Agroindustria.
Mercado de Liniers SA, integrada por unas 50 empresas que actúan como intermediarios entre los productores y los frigoríficos, debería vaciar los corrales de Mataderos a fin de este mismo año, según el "convenio de desocupación" que firmó con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y que no contempla la posibilidad de una prórroga.
Además, en diciembre próximo vencerá la más reciente prórroga de los plazos contemplados en la Ley 622 de la Legislatura porteña, que "prohíbe el ingreso de ganado vacuno en pie en todo el territorio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con la excepción de aquellos destinados a exposiciones, ferias o actividades científicas, culturales o deportivas". Esa ley fue sancionada en 2001 pero su puesta en vigencia fue postergada una decena de veces.
Frente a los plazos perentorios que se manejan para la mudanza, la primera negociación entre el mercado y los funcionarios de Horacio Rodríguez Larreta contempló la radicación del mercado a terrenos desocupados del Mercado Central de Buenos Aires, en la localidad de Aldo Bonzi.
Pero esa iniciativa se frustró cuando la intendenta de La Matanza, Verónica Magario,
interpuso un recurso de amparo que recibió el aval de la justicia en diciembre de 2017 objetando el "impacto ambiental insoportable para los vecinos" de su partido que tendría el traslado.
A partir de esa situación se produjo un cisma entre los principales consignatarios que trabajan dentro de Liniers, y que ven cómo se empiezan a consumir los tiempos estipulados para la mudanza.
Según contaron a Télam fuentes que siguen de cerca estas negociaciones, una de las opciones que aparecieron en reemplazo de la del Mercado Central fue desplazar el mercado a un predio en Ezeiza.
La oferta la realizó el intendente de ese partido, Alejandro Granados, aunque los terrenos son nacionales y corresponde que su destino sea definido por la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).
Se trata de un predio ocupado actualmente por la Policía Montada, que está ubicado detrás de los terrenos que ocupa la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).
"El lugar está muy bueno, y por eso se hicieron reuniones entre el gobierno de la Ciudad y la AABE. Pero primero ofrecieron un predio muy chico de solo 15 hectáreas, cuando se necesitan al menos 30 hectáreas", reveló la fuente.
En medio de esa negociación hay otras cuestiones por definir, ya que Mercado de Liniers SA solicitaría un crédito del Banco Nación para solventar las obras que hagan falta. Ese préstamo también estaba en duda, porque el patrimonio de la sociedad anónima no sería suficiente como para avalar la operación.
La opción de mudarse a Ezeiza, que es impulsada por las principales autoridades del Mercado, el presidente Roberto Arancedo y su vicepresidente Carlos Bledel, además del influyente consignatario Ignacio Gómez Álzaga, ha tropezado en los últimos días con la resistencia de un grupo importante de operadores, temerosos de que finalmente llegue el día de la mudanza y no hayan obtenido una solución favorable de parte de las autoridades.
Fue así que varias casas importantes, como Monasterio Tattersal; Mendizabal y Cia; Saenz Valiente, Bullrich y Cia; y Colombo & Magliano comenzaron a impuslar una segunda opción, que no dependería de los humores de los funcionarios de turno.
"Este grupo está ofreciendo al resto de los consignatarios la alternativa de comprar un predio. Ya vieron uno en Cañuelas y están haciendo los estudios necesarios como para mudarse allí sin depender del Estado ni de nadie", explicó la fuente. De todos modos, aclaró que en caso favorable la mudanza definitiva de Liniers podría demandar un par de años, con lo cual sería necesaria una nueva prórroga de la ley 622.
"Hasta que no se arme el nuevo mercado no desaparecerá el de Liniers. La idea es que el mercado definitivo quede establecido en 2020, y que podamos embarcarnos la mayor cantidad de consignatarias posibles”, reveló uno de los promotores de esta alternativa, el consignatario Alfonso Monasterio.
El predio de Cañuelas se encuentra enclavado entre las rutas 3 y 6 y, a juicio del intermediario, debería servir no solo para mudar el mercado de hacienda propiamente dicho sino para conformar además "un polo agroindustrial", que podría incluir un biodigestor para generar energía eléctrica a partir de la bosta de los animales allí transados.
Aunque esta participación ha sido decreciente a lo largo de las décadas, las entidades rurales siguen justificando su existencia en el hecho de que de sus subastas diarias surgen los principales precios de referencia que guían las decisiones comerciales de los ganaderos en todo el país.