La expansión en la superficie destinada al cultivo se daría en base a "un escenario de mejora climática que recomponga la humedad en los perfiles para el comienzo de la siembra y permita al productor responder a los incentivos económicos dados por la suba del precio del cultivo para la campaña nueva y la mejora de la relación insumo-producto", señaló la entidad en su informe.
De concretarse tal proyección, el área de trigo se incrementaría respecto a la campaña 2017/18 en 200.000 hectáreas y quedaría apenas por debajo del ciclo 2004/05, cuando se sembraron 6,09 millones de hectáreas.
Según el panorama climático de la entidad, producto de las lluvias que se produjeron en abril, la provincia de Buenos Aires "logró recomponer parte de la condición hídrica para la nueva campaña, principalmente sobre el sector centro y sudeste".
Si se mantienen estas condiciones de humedad, la siembra podría comenzar a mediados de junio "con un incremento interanual en la superficie sembrada con el cereal", además de que esto permitiría incorporar el área pérdida la campaña pasada por las inundaciones.
Al respecto, el analista del Panorama Agrícola de la Bolsa porteña, Martín López, dijo que "la actual campaña gruesa fue muy complicada y las malas condiciones climáticas estuvieron repartidas en casi todo el país, por lo que se generó una situación para los productores muy compleja".
"Si acompaña el tiempo puede mejorar las posibilidades de una mayor producción de trigo; además con una buena cosecha fina, se conseguiría una buena financiación para la gruesa y ahí se va a poder recuperar lo perdido en la gruesa", agregó López.
Otro punto en el que se hizo hincapié en el aspecto climático fue en una posible recomposición de los niveles de humedad en parte del norte de Córdoba, centro-este de Entre Ríos y norte de Santa Fe, regiones que se encuentran con una "situación hídrica desfavorable", aunque se está a varias semanas de que comience las primeras siembras, cuestión que da camino a una expansión del cereal.
De no concretarse dichas expectativas, desde la entidad proyectaron una reducción en el área sembrada de 5% con respecto al ciclo anterior hasta las 5,4 millones de hectáreas.
Otro factor, independientemente de la cuestión climática, es la suba en el precio del cereal en el mercado local.
"Frente a la fuerte demanda externa, el precio del trigo ha mostrado un significativo incremento en los últimos meses, tanto para las posiciones disponibles como para toda la curva de futuros", indicaron desde la BCBA.
El precio del cereal en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) alcanzado el 20 de abril era de US$ 190 por tonelada, 20% superior al registrado en misma fecha del año pasado.
A esto se le suma que los insumos más representativos de los costos de producción del cultivo del trigo mostraron subas "sustancialmente" menores al aumento del precio del cereal.
Según la entidad, la mejora en la relación insumo-producto fue del 15% respecto a abril del año pasado, lo cual "alienta la inversión en tecnología".
"De esta manera, las señales de precios para la nueva campaña, sumadas a la necesidad de los productores de obtener ingresos para sobreponerse a los impactos negativos de la sequía y financiar la próxima campaña de granos gruesos, generan incentivos positivos desde el punto de vista económico para la siembra del cereal", concluyeron.
Por su parte, el director de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Cristián Russo, indicó a Télam que "se produjo un cambio las condiciones atmosféricas, con lluvias que fueron muy interesantes; lo importante es contar con aguas en la profundidad de los suelos a la hora de la siembra".
"Los precios del trigo ahora convienen; es la revancha de lo mal que vino la gruesa; la oportunidad está en el trigo; pasó de ser un cultivo que se hacia un poco para ver que pasaba y en el ínterin se le metió muchísima tecnología con rindes récords en sólo dos campañas; somos optimistas para esta campaña", concluyó Russo.