Las dos décadas transcurridas entre 1997 y 2017, la matriz exportadora argentina sufrió una notable revolución. El valor total de nuestros despachos al exterior aumentó nada menos que un 120%, medido en millones de dólares. Efectivamente, de US$ 26.500 millones que dejaron las exportaciones del año 1997, en el 2017 dicho ingreso de divisas por ventas al exterior ascendieron a US$ 58.500 millones.
En este aumento de las exportaciones, los rubros que más vieron incrementar su relevancia dentro del total de los despachos han sido la de los “subproductos del procesamiento de la industria alimenticia” (que incluye exportaciones de harina de soja) y “semillas y frutos oleaginosos”, de la mano de la fuerte expansión del cultivo de soja y el crecimiento de la industria procesadora vinculada a la misma. En efecto, en 1997 se exportaron unas 11 millones de toneladas entre poroto, pellets y aceites de soja, cuando en el 2017 dicho tonelaje superó los 45,5 millones, una suba del 315%.
En cuanto al origen por provincia de las exportaciones argentinas, Buenos Aires es quien, tradicionalmente, encabeza el ranking aunque su peso en el total haya ido decreciendo con el paso del tiempo. En 1997, casi el 40% de los despachos argentinos se originaban allí, mientras que para el 2017 dicho porcentaje cayó al 33%. Del lado opuesto, las provincias de Córdoba y Santa Fe han sido las que más vieron incrementar su participación, al pasar la primera del 10% al 13% en los últimos 20 años, y del 16% al 23% la segunda. De este modo, Santa Fe es la provincia que más incrementó su peso como originadora de productos exportables en las últimas dos décadas, dando hoy cuenta prácticamente de un cuarto del ingreso anual de divisas en Argentina. Entre Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba se explican hoy el 70% de las exportaciones totales de nuestro país, tal como muestra el gráfico adjunto para el año 2017.
La creciente relevancia de la provincia de Santa Fe en las exportaciones argentinas en los últimos 20 años está fuertemente vinculada al florecimiento de la industria procesadora de oleaginosas volcada mayormente al mercado externo.
En 1997, la capacidad teórica de procesamiento de semillas oleaginosas santafesina no alcanzaba las 52.000 toneladas cada 24 horas, cuando dos décadas después se superaban ampliamente las 157.000 toneladas diarias, más que triplicándose. De la mano de ello, la participación del rubro (denominado en las estadísticas oficiales “residuos y desperdicios de la industria alimenticia”) en el total de exportaciones que se originan en nuestra provincia pasó del 12% en 1997 al 45% en el 2017 (o de 1.600 a 6.100 millones de dólares). A su vez, los despachos de “grasas y aceites” pasaron del 7% en 1997 (cuando se exportaron casi US$ 1.000 millones) al 20% en 2017 (habiéndose despachado valor total de US$ 2.700 millones).
Por su parte, las exportaciones de semillas y frutos oleaginosas representan hoy el 3% de las ventas externas totales que origina Santa Fe con US$ 400 millones, en tanto que los embarques de cereales ostentan un valor superior a los US$ 800 millones, o un 6% del total provincial. De este modo, el total de las exportaciones de cereales, oleaginosas y sus principales derivados es casi el 75% de los despachos provinciales.
Si comparamos el valor actual de las exportaciones santafesinas de los rubros seleccionados respecto a las divisas que aportaban 20 años atrás, el aumento de los cereales ha sido del 85% y del 585% las semillas y oleaginosas. El valor de las exportaciones de subproductos de la industria alimenticia, en tanto, creció un 285%, y el de las grasas y aceites un 170%.
Si nos centramos específicamente en el origen provincial de las exportaciones de cereales y oleaginosas, puede observarse en el primer mapa adjunto que Buenos Aires es la provincia con mayor participación como productora de granos que tienen como destino el comercio externo, seguida de Córdoba y en tercer lugar Santa Fe. La primera de estas tres provincias explica un ingreso de divisas total por la exportación de estos bienes superior a los US$ 3.500 millones, en tanto que Córdoba aporta más de US$ 2.700 millones y Santa Fe otros US$ 1.200 millones, de un ingreso total nacional por ventas externas de cereales y oleaginosas de US$ 10.000 millones.
Si evaluamos ahora el origen provincial de las exportaciones de subproductos de la industria alimenticia y grasas y aceites el orden de relevancia se invierte, tal como muestra el último mapa. Santa Fe pasa a liderar los despachos al exterior con un aporte de casi US$ 9.000 millones sobre un total a nivel país de US$ 14.500 millones. En segundo lugar de relevancia la sigue Córdoba, con US$ 2.800 millones y Buenos Aires se queda en el tercer puesto como generador de divisas en este rubro con US$ 2.500 millones. Nótese, además, que acorde al objetivo de agregar valor dentro de las fronteras del país el valor de las exportaciones de estos subproductos resultó para el año 2017 un 45% superior al valor de las exportaciones de cereales y oleaginosas.