En julio, el intercambio comercial argentino arrojó un déficit de US$ 789 millones, informó ayer el Indec. A pesar de la depreciación real del peso, el nivel es similar al déficit del mismo mes del año pasado (US$ 748). En lo que va de 2018, se acumula un déficit de US$ 5.867 millones, 74,5% superior al mismo período de 2017.
Las exportaciones totalizaron US$ 5.385 millones el mes pasado, superando 1,7% respecto al mismo mes del año pasado. Las cantidades exportadas cayeron 8,4% de la mano de productos primarios (-32,6%) y las Manufacturas de Origen Agropecuario (-12,3%), a diferencia del mes previo, mejoraron su desempeño las Manufacturas de Origen Industrial (9,7%). En el acumulado las cantidades exportadas caen 3,6%, productos primarios y MOA caen fuertemente mientras que MOI y combustibles compensan parcialmente la ecuación.
El efecto de la sequía en los productos primarios pegó con fuerza durante todo el año.
Por su parte, las importaciones mostraron un aumento interanual del 2,2% en julio, alcanzando los US$ 6.174 millones, a diferencia del mes anterior, se revierte y nuevamente se supera el nivel de 2017. Sin embargo, la caída de las importaciones se ven en el volumen, 4% debajo interanual.
Esta caída se registra en todos los rubros excepto en bienes de consumo e intermedios que crecen en torno al 11%. Por otro lado, preocupa la caída interanual en la importación de bienes de capital, indicador que la inversión podría estar deteriorándose.
En el acumulado, las importaciones aún se muestran 7,3% por encima del 2017 en volumen, con todos los rubros, al alza, excepto combustibles que cae 5,4%. "Los efectos de la depreciación del peso aún no parecen reflejarse en las decisiones de importación y exportación de bienes. Es normal que se tarde unos meses en adecuarse el comportamiento al nuevo tipo de cambio debido a la rigidez que emerge de contratos firmados y la demora en sustituir importaciones", indicó ACM.
Agregaron desde ACM: "Con un tipo de cambio real cercano a los niveles actuales y una actividad económica con escaso dinamismo en lo que resta del año, esperamos que las importaciones continúen la dinámica contractiva en volumen.
Las exportaciones deberían volver a mostrar variaciones positivas luego de superado el efecto de la sequía".
"La baja de la actividad económica parece no ser suficiente para torcer el resultado de las cuentas externas", dijeron desde LCG mientras que, en Ecolatina, calcularon que el rojo será de US$ 5.500 millones en 2018 (versus más de US$ 8.400 en 2017).
"El nuevo tipo de cambio es un impulso para varios sectores exportadores.
Vale señalar, de todas formas, que, si bien el actual nivel de tipo de cambio es mucho más ventajoso para los sectores transables, una condición necesaria para que haya un salto importante en la actividad exportadora, logrando que se sumen nuevas empresas o sectores, es que su nivel sea percibido como sostenible y estable. Por otro lado, hay varias políticas públicas que pueden implicar cambios en la competitividad no-precio que son más importantes que el tipo de cambio, aunque sus impactos suelen verse más en el largo plazo. Muchas de estas políticas, como la mejora de la infraestructura, la política de reintegros a las exportaciones, los créditos subsidiados de prefinanciación de exportaciones o la reducción de ciertos impuestos, entran en contradicción con las necesidades de ajuste fiscal, tal como se vio en los últimos días", dijeron desde Radar.