Catastrófica será la próxima temporada de cosecha en el Alto Valle si no se toman medidas de fondo que permitan revertir la gravedad de la situación que enfrentan en la actualidad los productores, muchos de los cuales no podrán concretar las tareas culturales de esta época del año, como la poda. El endeudamiento en varios frentes y la ruptura de la cadena de pagos conforman el presente de la mayoría de los chacareros, que ya están tocando fondo y marchan a dejar la actividad económica.
El panorama lo describió el referente de los regantes y productores cipoleños, Eduardo Artero, quien participó de la reciente y dura política por la difícil realidad del sistema de riego con funcionarios de la Provincia. De habla franca y sin rodeos, sigue alertando del cada vez más acelerado desmoronamiento de la fruticultura regional. "Lo que se viene para la temporada es una catástrofe", advirtió ayer.
"Será la peor cosecha en años, en la historia", afirmó, y dijo que no se observan visos de solución. Funcionarios y políticos ya no hablan con los chacareros. "Sólo se preocupan de mencionar los millones que dicen que han puesto, pero se les podría discutir sobre los montos, pero para qué hacerlo. Porque lo real es que la producción se cae a pedazos. Además, dicen que ponen plata como si fuera de ellos, pero la plata es del pueblo".
2 años de aportes patronales deben los productores. Sin contar otras deudas.
El dirigente calificó como "apenas una aspirina para un enfermo grave" el reciente aporte de 1.400.000 pesos dispuesto por el gobierno provincial para tres consorcios de regantes del Valle, que atravesaban serias dificultades y que reflejan la crisis en el servicio de riego. Estos fondos, junto con el envío de una máquina de trabajo a Cinco Saltos, ha sido la única respuesta a la polémica de hace unos días que llevó a los regantes a no participar de la ceremonia de apertura de la temporada de riego.
Enfatizó que gobernantes y políticos "no están escuchando" a los productores y sostuvo que en la próxima cosecha no más de un 20 por ciento de los fruticultores estará en actividad. Se acentuará la salida de la actividad de más chacareros y no se sabe cómo se hará para pagar por cosechar la fruta. El endeudamiento con el Estado por ayudas y por aportes patronales, con Funbapa, con proveedores de agroquímicos y plaguicidas y por otros conceptos, configuran una perspectiva dramática, a la que se deben sumar el dólar y la inflación en alza y una economía del país "complicadísima".