"El Banco Central viene corriendo de atrás todos los problemas". Esa es la frase que más se escucha por parte de los economistas y analistas financieros en medio del actual caos cambiario.
"Cuántas más medidas toman, más sube el dólar. Estamos viendo un impacto de retroalimentación. El mercado los ve asustados y metiendo manotazos de ahogado, lo interpreta negativamente y se dolariza", sostiene el analista Francisco Uriburu.
La suba de tasas al 60% que estableció la máxima autoridad monetaria no evitó que el dólar supere los $40, mientras se descuenta los efectos nefastos sobre la economía. "Significa más recesión. Te rompe toda la cadena de crédito", aseguró Federico Furiase, director de EcoGo.
A su vez, Martín Alfie de la Consultora Radar, prevé que "el efecto recesivo se profundizará aún más producto de la espiralización inflacionaria que traerá aparejada la nueva devaluación".
Mientras tanto, no se descarta una mayor devaluación teniendo en cuenta el cronograma de desarme de Lebacs superior a los $400.000 millones previsto hasta diciembre, por lo que es muy improbable que se baje la tasa.
"Es imposible en este contexto bajar la tasa al mismo tiempo que se da el desarme de Lebacs, con lo cual una posibilidad es acelerar el desarme y que tengas una suba fuerte del dólar. De otro modo, la gradualidad del desarme hace que tengas una tasa alta durante mucho tiempo y es una muerte prolongada", indicó a LPO Hernán Hirsch.
La coincidencia en el mercado es que la falta de confianza es total y que se necesita un cambio de nombres lo antes posibles. El riesgo país en este momento llega a los 728 puntos, los ADR´s de las firmas argentinas en Wall Street tienen una caída generalizada que en muchos casos alcanza los dos dígitos y los seguros contra default a un año (Credit Default Swaps) se dispararon un 15%. "Hay un rechazo a todo lo argentino, ya se habla del efecto Tango", manifiestan en la city.
Es por eso que muchos economistas piden un nuevo plan de estabilización en el marco de un acuerdo político con el peronismo, que acelere radicalmente las mejoras en términos fiscales. "Con un dólar a $40 y poniendo retenciones del 34,5% al complejo sojero, generas un ahorro fiscal del 1,3% del PBI en 2019, lo que te permite llegar a déficit cero", afirmó Furiase a este medio.
Este esquema de retenciones transitorias que calificaron como "inevitable", a su vez, serviría para amortiguar el impacto de la inflación sobre un salario promedio que según el propio Ministerio de Trabajo ya cayó 4,3 puntos porcentuales en términos reales sin contar este nuevo shock cambiario. Carlos Melconian lo había anticipado la semana pasada, cuando habló de un "Plan C", con un esquema de devaluación más retenciones.
El propio FMI ya había propuesto una medida similar en el acuerdo original firmado en junio, pero Macri y Etchevhere lo rechazaron. "El ajuste del gasto que pide el FMI implica una fuertísima caída de la actividad. Tiene sentido pensar un aumento de retenciones como una medida de emergencia para aliviar este ajuste", subrayó Alfie.
Por otro lado, el ajuste podría potenciar los efectos recesivos generando una caída de los ingresos, dado que la estructura impositiva argentina se sostiene mayoritariamente por tributos que guardan una relación directa con el nivel de actividad. Esto se reflejó en la recaudación del mes de julio que disminuyó 5,64 puntos en términos reales, lo que de persistir en los próximos 12 meses alcanzaría una suma superior a los $200.000 millones. En consecuencia, el ajuste de $300.000 millones anunciado por el Gobierno quedaría completamente licuado.
Por el contrario, las provincias utilizaron una estrategia de ahorro fiscal vía aumento de los ingresos y así lograron un superávit fiscal del 0,6% en el primer semestre de este año.