En Ruanda, la conservación de gorilas es un gran negocio, porque el turismo es una de las principales fuentes de ingresos. Pero en mayo de 2017 el gobierno duplicó el precio de un permiso para visitar a los gorilas de 750 a 1.500 dólares, lo que hace que la tarifa sea la más alta de la región.
"El retorno, la cantidad de dinero o el volumen de negocios en la industria del turismo no se redujo en Ruanda, pero la cantidad de gente, el número de personas que visitan a los gorilas, se ha reducido, aunque unos pocos están pagando el alto coste", comenta Teddy Kaberuka, analista económico.
Algunas reservas, como el parque Nacional de los Volcanes, han reducido en un 30 por ciento sus tarifas para la temporada baja con la esperanza de que los visitantes regresen a las montanas para ver de cerca a los primates
Las autoridades del parque lamentan que desde que subió el precio muchos guías se han quedado sin empleo y la industria ha perdido ingresos.
"Si lo aumentaran significativamente sería difícil, pero lo cierto es que el precio es el que es, si quieres verlos, es lo que tienes que pagar. Sólo quedan 800 gorilas en el mundo, así que hay que pagar por ello", asegura Mark Cannally, turista británico
