Las obras están a punto de comenzar en la frontera entre Dinamarca y Alemania. A principios de año, el gobierno danés espera tener lista la valla de 1,5 metros de altura que se extenderá a lo largo de 70 kilómetros y cuya construcción costará unos 11 millones de euros. El objetivo declarado de la valla es evitar que jabalíes procedentes de Alemania e infectados con la peste porcina acaben contagiando a la fauna danesa y su ganadería, aunque expertos ecologistas y oposición política consideran que su efectividad es muy cuestionable y que intencionalidad va más allá, hacia el impedimento de paso a inmigrantes irregulares en el país.
«Significa mucho para nuestra sociedad de bienestar y para los puestos de trabajo en Dinamarca, por eso hacemos todo lo que podemos para impedir el contagio de peste porcina africana. De ahí que persigamos a los jabalíes, así reducimos el riesgo de contagio», ha señalado en un comunicado el ministro de Alimentación y Medio Ambiente, el liberal Jakob Ellemann-Jensen, que informa además que, dada la capacidad de los jabalíes para excavar, la valla se extenderá a 50 centímetros de profundidad bajo la tierra y al menos unos 30 metros mar adentro en la frontera costeña.
La fiebre porcina africana, de alta mortalidad entre cerdos y jabalíes pero inofensiva para humanos y otros animales, se ha extendido durante el último año por varios países del Este de Europa como Letonia, Lituania, Estonia, Polonia y la República Checa. Bélgica acaba de reportar también los primeros casos. No ha sido detectada en cambio ni en Dinamarca ni en países vecinos, lo que no es óbice para que Finlandia, siguiendo el ejemplo danés, esté también estudiando la posibilidad de instalar una valla semejante en su frontera con Rusia, según ha informado la cadena de televisión Yle.
Thor Hjarsen, biólogo del Fondo Mundial para la Naturaleza en Dinamarca, critica la medida por considerarla poco efectiva y por las consecuencias que puede tener en la vida de otras especies. «La peste porcina africana llegó a Europa en avión, a través de Portugal, no por medio de animales salvajes que viven en libertad», explica, «ahora, la presencia de esa valla, obligará a lobos y chacales, a nutrias y a otras especies, a limitar sus movimientos por zonas más peligrosas, seguirán sus rutas migratorias por carreteras, vías de tren o áreas de cultivo y ganadería, lo que causará sin duda más muertes». El cazador y especialista en migración de jabalíes, Hans Kristensen, que hace campaña en los medios daneses contra la valla, asegura que «los jabalíes son solo la excusa, de lo que se trata es de satisfacer el deseo del Partido Popular Danés, que ya propuso erigir un muro para evitar la entrada de inmigrantes y no ha podido hacerlo legalmente». «La valla no evitará ni que ingresen en el país jabalíes ni que ingresen en el país inmigrantes, pero su valor simbólico es enorme para ese partido populista», analiza.
La propuesta de la valla, defendida por el primer ministro liberal Lars Løkke, que gobierna desde 2015 gracias a una coalición de partidos de derecha, ha sido aprobada en el parlamento danés con los votos del bloque de derecha, del Partido Socialdemócrata y del radical Partido Popular Danés, cuyo programa se reduce a la disminución drástica de la inmigración y la oposición a la «islamización» y un endurecimiento del Código Penal, además de ayudas para ancianos o discapacitados y el bienestar de los animales