Las intensas lluvias de los últimos meses generaron inundaciones en zonas productivas de Chaco y Formosa. Así, el INTA marcó la necesidad de planificar cómo continuar cuando se retira el agua. De eso dialogó con Radio Campo el comunicador del organismo, Pedro Ibáñez.
El Instituto promueve el pasto tangola, que presenta características que permiten que se desarrolle en suelos anegados con buena calidad forrajera. Hoy hay casi dos millones de hectáreas com ambientes esteros, bañados y cañadas en esas provincias, en los que no se puede incorporar pasturas implantadas por semillas.
Ante esto, una alternativa interesante radica en los materiales híbridos naturales rastreros que, en contacto con suelos húmedos o encharcados, enraizan y generan nuevas plantas fácilmente. Esto maximiza la producción de hojas y mejora la calidad forrajera, contó.
Se trata de materiales forrajeros que se destacan por poseer un comportamiento muy plástico, adaptándose a una amplia gama de texturas y fertilidad de suelos. Advierten que son ideales aquellos sitios de suelos arcillosos con alternancia de encharcamiento, como los pajonales, palmares o espartillares, lo cual, sumado a la superficie con esteros y bajos, alcanzaría unos 4 millones de hectáreas aptas para su implantación.
Otra característica diferencial es que se trata de una especie que tolera ambientes anegados con hasta con 30 o 40 centímetros de nivel de agua. Y, a diferencia de otras especies que crecen en esas condiciones, continúa produciendo aún bajo condiciones de sequía prolongada o de períodos sin inundación de varios años.
En cuanto a la implantación, el especialista indicó que “esta especie no tiene semilla, es de reproducción agámica o asexual para lo cual se utilizan guías o estolones –tallos rastreros–, los cuales tienen gran velocidad de crecimiento y alcanzan hasta los 3 metros de longitud. Esto hace que se puedan hacer surcos distanciados cada 2 o 3 metros, lo que, a su vez, abarata costos y en un año se cubra la superficie del lote.