Cuando falta poco para el comienzo del invierno, Buenos Aires tiene un problema de un país tropical.
Es que hay una invasión de mosquitos gigantes debido al aumento de la humedad en la ciudad. Son tan grandes que pueden llegar a medir seis centímetros, pero son inofensivos: vuelan lento y no pican.
Se trata de un ejemplar de la especie denominada tipulidae, por eso se lo suele conocer como típulas, aunque popularmente son llamados mosquitos gigantes o zancudos.
El investigador del Conicet a cargo del Grupo de Estudio del Mosquito (GEM), Nicolás Schweigmann, confirmó al diario Página 12 que más allá del parecido con el mosquito común, este insecto gigante no tiene nada que ver con aquel. El especialista descartó que puedan picar o transmitir enfermedades.
De hecho las típulas no se alimentan de sangre. Viven del néctar de las flores, frutos u otros jugos de vegetales. Son insectos de apariencia frágil, con patas largas y finas y no vuelan con agilidad.