Durante la jornada de auditoría, los referentes de SENASA verificaron el equipamiento de los Laboratorios del INTA Yuto, Jujuy, y su funcionamiento, además de los procedimientos y metodologías para los diagnósticos referidos según lo declarado en el expediente de la Red de Laboratorios.
Para eso, se realizaron observaciones detalladas de cada una de las etapas del proceso en las que los técnicos del INTA especializados en protección vegetal demostraron sus conocimientos en las técnicas, así como la resolución de posibles dificultades que se puedan presentar para estos diagnósticos.
Sobre eso dialogó con Radio Campo -por Radio Colonia- el comunicador del INTA, Pedro Ibáñez, que explicó que referentes como Ceferino Flores –responsable del Laboratorio de Fitopatología– aseguran que “esta auditoria nos permite ingresar a los que son normas de calidad y pertenecer a la Red de Laboratorios de Senasa como un laboratorio inscripto y verificado”.
Asimismo, se refirió a la importancia que representa para el equipo de trabajo de INTA Yuto haber sido auditados por funcionarios de Senasa: “Nos permite tener una observación externa que valora nuestra calidad de trabajo; avalan la calidad del trabajo que cada día se realiza en nuestros laboratorios”.
“Desde 2010 trabajamos en protección vegetal y ya realizamos más de 14 mil muestras de diagnóstico”, detalló Flores quien no dudó en asegurar que “este es uno de los laboratorios de referencia para el análisis de HLB en el NOA”.
A su vez, agregó: “Este laboratorio presenta un equipo de trabajo conformado con profesionales que han ido capacitándose constantemente en cada una de las tareas que realiza y ampliando día a día las técnicas utilizadas”.
En este punto, subrayó que el técnico Ruben del Pino se especializó en la extracción de ADN, mientras que la técnica en laboratorio, Rosario Vitoria, lo hizo en la utilización de PCR en tiempo real. Ambos especialistas del área de diagnóstico de HLB.
Con respecto a los diagnósticos utilizados para la detección de Tilletia foetida, explicó que, en principio, surgieron como una inquietud que presentaban productores y exportadores por las exigencias que ha trazado Bolivia para la exportación de granos.
“Ante esta necesidad manifiesta de los productores, dialogamos con las autoridades que en ese momento estaban en la experimental para empezar a trabajar en esta detección, venimos haciéndolo desde 2011 y realizamos un diagnóstico de 920 muestras hasta la actualidad”.
