“En materia de fertilización, la soja es la deuda pendiente”, dice Jorge Bassi, presidente de Fertilizar. La falta es clara si miramos a dos países vecinos: mientras Argentina sostiene un promedio de uso de 36 a 40 kilos por hectárea de fertilizantes, Uruguay supera los 90 y Paraguay llega a los 230 kg/ha. Brasil también supera a nuestro país, pero se vuelve más difícil de cerrar un promedio por lo variable que es esto en toda su extensión territorial.
En su paso por Radio Campo -por Radio Colonia- el gerente de Marketing en el área de Fertilizantes de Bunge explicaba que se pueden hacer varias lecturas, pero la clave es tomar conciencia de que hay un déficit y de que necesitamos poner el foco en eso. Otro ejercicio válido y muy demostrativo es compararnos con nosotros mismos: cómo fertilizamos la soja y cómo el maíz.
Bassi señala que ambos necesitan nutrientes como el fósforo y azufre para el arranque. Entonces, un indicador fácil de obtener para saber cuánto le está faltando a la soja es compararla con el maíz. Si lo que usan en maíz es muy diferente a lo que utilizan en soja, esa brecha es el punto a trabajar.
“Lo que los ensayos nos vienen diciendo es que estamos perdiendo rendimiento. Es decir, no sólo estamos deteriorando el suelo con la soja como principal factor, sino que estamos además perdiendo rendimiento por no fertilizar bien con fósforo y azufre este cultivo”, sostiene.
Sin embargo, admite que en los demás cultivos Argentina está mucho más cerca de los números lógicos: “Esta campaña vemos mucha más utilización de Zinc, algo que veníamos viendo con deficiencias. Pero vemos también que se están haciendo más análisis de suelo y se despachan más estos fertilizantes que llamamos de especialidades. Eso viene teniendo una muy buena dinámica”.