Las elecciones colmaron de incertidumbre todo el 2019 y la falta de certezas no parece haber terminado el 27 de octubre. En este contexto, y con el plan Argentina contra el hambre que planteó Alberto Fernández, y para el que convocó al campo, el sector se empieza a hacer algunas preguntas y a responder en qué está pensando.
En su visita a Radio Campo -por Radio Colonia- María Fernanda González Sanjuan, gerenta ejecutiva de Fertilizar, planteaba que quienes trabajan en la producción de alimentos sienten mucho dolor, porque ponen el foco en hacerlo cada vez mejor -incorporan tecnología, mejoran las condiciones, crecen en volumen producido-, pero cada vez “todo está peor”.
Para ella, la clave es trabajar mejor en la distribución de los alimentos. “Es algo donde todos podemos contribuir”, dice, y remarca que en estos últimos años hubo cambios en las políticas agropecuarias y la producción pudo crecer: “Podemos tomar lo que se hizo bien y sostener esas políticas a las que el productor reaccionó bien”.
“No se trata sólo de liberar o no un impuesto a las exportaciones, sino de que el productor pudiera estar a la altura del desafío de producir, por ejemplo, un mejor trigo, con mejor calidad y en mejor cantidad, y lo mismo con el maíz. Rápidamente el productor tomó tecnología, y esa reacción que tuvo el agro es un estímulo para analizar y replicar”, dijo.
En esa línea, llamó a tener en cuenta que cuando una hectárea de soja produce 4.000 kilos de grano, una de maíz genera más de 12.000 kilos, y de ahí para arriba todo se triplica también: el número de camiones, lo demás en logística, la cantidad de semillas vendidas, los insumos. “Por eso digo que el maíz es trabajo”, resalta, y explica que se hace la comparación con soja porque es el cultivo con el que compite en tiempo y espacio.
La especialista asegura que es esta una oportunidad para sentarnos a ver cómo hace el agro para volver a transformarse en un motor. Y en ese camino, hay cosas que no se le pueden pasar de largo y recomendaciones que tendrán que tener en cuenta. A su turno, Marco Prenna, vicedirector de Insumos e Industria de ACA, destacó que el productor argentino es -en general- uno que siempre está apostando al futuro, con la esperanza que significa el hecho de plantar una semilla hoy pensando en cosecharla dentro de seis meses, con todos los factores que se interponen: clima, política, mercados, y otros.
“Si tuviera que recomendar algo es seguir apostando a esto. Al productor de maíz, que no deje de mirar lo que va a pasar con el mercado estos días por los problemas de producción de los EEUU (el 12 de noviembre llega el informe del USDA)”, dijo en primera instancia.
En ese sentido, recordó que el maíz es un cultivo que “tiene que estar” en la rotación, y de hacerlo debe hacerse bien, por eso es importante tener en cuenta los precios, tomar decisiones a futuro por canje o venta forward para cubrir una buena parte de los costos y asegurar una buena parte del precio de la producción.
Esas, remarca, son cosas a tener en cuenta para que el productor no sólo siga apostando al cultivo sino también a la tecnología. Y al que en la rotación va a hacer soja, indicó, que piense en prácticas de bajo costo como el análisis de suelo, que se acerque a su ingeniero.
“Estoy seguro de que una buena fertilización también repercute en un mejor rendimiento en la cosecha, por eso aconsejamos con mucha expectativa para este año esta decisión”, concluyó.