El tractorazo del viernes en Rosario visibilizó aún más la protesta de los productores agropecuarios tras la suba de retenciones. Sobre eso dialogó con Radio Campo -por Radio Colonia- el productor Silvio Montenegro.
Para él, se volvió a hacer visible el reclamo y “el campo pudo contarle a la gente que nosotros tampoco estamos bien, que estamos tan mal como ellos”. Para Montenegro, un dato clave es el que arrojó el Censo Nacional Agropecuario: en los últimos 16 años desaparecieron 83.000 productores.
Es que, de 2002 a 2018, desaparecieron 5.100 productores por año. “Los niveles de producción de carne y leche, por ejemplo, son iguales a los de 1970. Y llega un Gobierno con recetas viejas que se han usado en los últimos 50 años y en lugar de ayudar a producir más, nos llevan a estancarnos en todas las producciones”.
“El reclamo es que no se haga siempre lo mismo, que se entienda que 270 mil productores no pueden ser el sostén de 40 millones de habitantes, que la carga se tiene que empezar a distribuir de forma equitativa, porque los productores somos discriminados con las retenciones”, dijo.
En esa línea, remarcó que los derechos de exportación afectan hoy al agro, a las mineras y petroleras, pero que la diferencia radica en que estas últimas dos son “megaempresas, generalmente multinacionales”, y en las retenciones para el agro el impacto es directo para el productor: “Le pegan a un productor de Tucumán, Salta, o de zonas semiáridas que no tiene los niveles de rendimiento de la zona núcleo”.
“Las retenciones son un impuesto al precio, es como si a todos los contribuyentes les pusieran un ingreso bruto del 33%. Pero nuestro problema es que venimos con retenciones desde hace 24 de los 36 años desde la vuelta de la democracia”, sostuvo.
Además, indicó que 10 de los últimos 24 años de retenciones sumaron algo al combo: desdoblamiento cambiario: “Eso nos pone en la misma situación en que estamos hoy, porque con retenciones se lleva el Estado uno de cada tres camiones, pero si le agregamos el desdoblamiento del tipo de cambio pasa a ser que uno de cada dos camiones que salen del campo van para el Gobierno, entonces trabajamos sabiendo que nos fundimos”.