Por primera vez en su historia, la provincia de Córdoba tiene secretaria de Ganadería. Desde este mes una mujer ocupa el cargo que dejara Olden Riberi. Su nombre es Catalina Boetto, es ingeniera agrónoma y viene del ámbito universitario y privado. Sobre todo lo que ya se plantea para su gestión dialogó en exclusiva con Palabra de Campo -por Radio 10-.
“Fue un honor poder sumarme a un equipo de trabajo en el que prima lo técnico y asumir un compromiso en la función pública, algo que es diferente pero que me permite pensar en muchos desafíos”, dijo.
Para sacar la foto inicial, consideró que la ganadería bovina de Córdoba está igual que la media en todo el país: con un nivel de estancamiento importante. “Se puede hacer mucho todavía desde el punto de vista de la productividad, que es baja”, aseguró.
Boetto advierte que, en principio, hay muchos temas ganaderos en los que le gustaría trabajar, pero entiende que hay recursos escasos y que los tiempos de la gestión pública obligan a establecer prioridades. Por eso pensó en el producto, en la proteína animal y la revalorización de ese producto que es hoy cuestionado desde muchos ámbitos.
“Eso es algo que nos preocupa mucho, porque se trata de un alimento de altísima calidad y que tiene muchos beneficios para hacer un aporte a la sustentabilidad, pero aún así conserva una mirada negativa por parte de los consumidores del mercado interno”, dijo.
La sustentabilidad es en sí misma todo un desafío, advierte, y agrega que esta necesidad va desde lo social a lo ambiental, pasando por lo productivo. A grandes rasgos es ese uno de los mayores desafíos planteados, aunque llegará el momento de sentarse con el ministro (de Agricultura y Ganadería de Córdoba, Sergio Busso) para determinar cuáles son las líneas de acción más concretas.
Desde lo estrictamente productivo, el desafío es “trabajar en la productividad a través del uso eficiente de los recursos”. Para Boetto, “no hay un problema de stock, porque el stock puede crecer cuando haya una tasa de extracción que permita faenar un montón, sino que es un problema de procesos y no hace falta para mejorar eso grandes inversiones”.
“La ganadería es un negocio de largo plazo, con rentabilidad baja controlada y procesos biológicos muy largos, entonces hay que ser claros en marcar hacia dónde vamos”, concluyó.