Un trabajo de varias universidades públicas de Brasil buscó individuos con capacidad de resistir, y se encontró con que los cebuinos son animales muy preparados para resistir barro, sequía, sol, humedad. Sobre ellos observaron que tienen menos garrapatas que los demás, por lo que los seleccionaron para reproducirlos por varias generaciones.
Así se lograron individuos que bajo condiciones naturales, sin utilización de fármacos ni transgenias, portan sólo un tipo de resistencia especial a la transmisión de estas enfermedades, que no sólo son malas por el daño que genera la garrapata sino por la transmisión de enfermedades emergentes, que en este mundo tropicalizado está avanzando en todos los continentes salvo la Antártida.
Sobre eso habló con Palabra de Campo el médico veterinario Marcelo Zysman, que explicó que, con todo esto, se busca mayor resistencia todavía. “Esto es importante, porque así como se logra en cebuinos, se puede traer la genética a otros países donde el cebuino no sea tan importante y ver la posibilidad de combinar con vacas y toros locales para transmitir el gen”.
“Si bien el cebuino mesopotamia, en el NEA es muy importante, también sabemos que la carne que gusta disfrutar el argentino no es esa. Pero si podemos poner, por ejemplo, ocho décimas partes de genes de Aberdeen Angus y dos partes de cebuino, sin llegar a una raza mixta, por la absorción en la siguientes generaciones ese gen puede mantenerse y lograr que tengamos muchísima menor incidencia natural por parte de los individuos de la presencia de garrapatas”, dijo.
Así, enfatizó en que falta un estudio que determine cuánto aguanta el gen generación tras generación. Van seis generaciones, en las cuales se ha visto que la incidencia de la garrapata es mínima. Se llama genética por absorción, lo bueno se mantiene y se propaga a la descendencia para mejorarlo.