Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales (WSAVA), hasta el momento no hay evidencia científica de que los perros o gatos puedan transmitir el virus causante de Covid-19. Pero hay ciertas medidas que debemos tener en cuenta en estos días y para eso es importante que consultemos siempre con un veterinario que pueda orientarnos en cómo proceder.
Además, es importante que conozcamos las medidas locales de prevención y las recomendaciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación para con los animales de compañía:
1- Pueden ser sacadas afuera (no a pasear) solo por una persona.
2- La distancia de recorrida durante la salida debe ser la mínima posible, en las inmediaciones de la casa.
3- Se debe llevar lavandina para echar sobre la orina, y sobre el lugar en el que se recogieron las heces del animal.
4- Durante el paseo se deben guardar las medidas de distanciamiento social y respetar las pautas de higiene recomendadas para las personas (1,5 m).
5- Al regresar es necesario desinfectar las patas de las mascotas y luego lavarse bien las manos y cambiarse la ropa.
6- Los paseos deben hacerse a la mañana temprano y a la noche.
Aunque no esté mencionado en estas recomendaciones, los perros deben salir con correa, collar y chapita de identificación.
Estos días de aislamiento social preventivo y obligatorio, sus rutinas, al igual que las nuestras, se han modificado. Hay que entender que perros y gatos son especies distintas y, como tal, tienen sus propias necesidades de tiempo, espacio, alimentación y socialización.
Podemos observar en ellos actitudes que antes no veíamos. Pueden encontrarse nerviosos, orinar o defecar en lugares que anteriormente no lo hacían, pedir más comida, entre otras cosas. En función de la situación actual sugerimos algunos consejos para acercarnos a una mejor convivencia:
1. Generar rutinas de salida. Intentar sacarlo siempre en el mismo horario, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación.
2. Generar momentos y espacios de juego. También pautar horarios para llevarlos a cabo. Presentar alternativas de juego diferentes cada 3 o 4 días. Los juegos deben ser cortos en tiempo, de no más de 10 minutos cada vez.
3. Debido al cambio en la rutina, puede aumentar la ansiedad. Para este punto en particular, la recomendación es no estar todo el tiempo pendientes de ellos.
4. No realizar cambios en la dieta sin hablarlo previamente con el veterinario.
5. Intentar no tomar contacto con ellos si estamos nerviosos o alterados.
6. No generar hábitos nuevos que después nos resulten incompatibles con la forma en la que buscamos convivir con ellos, por ejemplo, dejarlos subir como “permitido” durante este aislamiento a sillones, camas o permitirles comer en lugares distintos, cosa que después, en el retorno a la rutina no estamos dispuestos a tolerar.
7. No acudir al veterinario, excepto por urgencias. Cada consultorio veterinario tiene un protocolo de atención, por eso es de suma importancia que se comuniquen antes de ir y sigan sus recomendaciones.