La economía en general, y el agro como un actor protagónico particular en la Argentina, viven un momento de incertidumbre debido a los efectos que está provocando la pandemia por el COVID-19.
Si bien las actividades agropecuarias están exceptuadas del cumplimiento de la cuarentena obligatoria, este escenario ha llevado al productor a priorizar las decisiones de corto plazo. Por ejemplo, ahora está enfocado en la cosecha gruesa y apenas comienza a mirar de reojo lo que será la próxima campaña fina, cuando en circunstancias normales ya tendría definidos los pasos a seguir.
La siembra de trigo comenzará dentro de 15 días y todavía no hay proyecciones certeras sobre el área. Un aspecto positivo es que los números juegan a favor de una rotación trigo-soja, que arroja un margen muy superior al de soja de primera, según un informe del INTA Marcos Juárez, al menos en zonas cercanas a los puertos. Y también ayuda que los perfiles de humedad se vienen recuperando a lo largo del otoño.
En ese marco, desde la compañía FMC recomiendan estrategias productivas versátiles, que puedan adaptarse a los diferentes escenarios cambiantes que se van presentando tanto en lo climático como en lo económico.
A las malezas no hay virus que las frene y por eso, los tratamientos deben realizarse en cualquier contexto. El herbicida Finesse, de FMC, es un producto ideal para esta coyuntura.
“En un contexto en que el productor primero va a cosechar y después decidirá si siembra cultivos de invierno o deja el lote limpio hasta la soja, Finesse es la mejor alternativa porque puede ser utilizado tanto para la presiembra de trigo como para el barbecho largo”, explica Juan Caporicci, gerente de Herbicidas de FMC en Argentina.
Estrategias
Para Caporicci, la siembra de trigo no debería caer demasiado salvo en las zonas alejadas de los puertos y el dilema se centra más bien en mantener o no los niveles tecnológicos de los planteos productivos. “Este momento económico obliga a cuidarse, pero eso no significa disminuir el uso de tecnología. Si hay acceso al agua y se está cerca del puerto, al trigo hay que hacerlo y hacerlo bien”, subraya el ejecutivo.
Desde su punto de vista, también hay que recordar que las estrategias de manejo de malezas no son de corto plazo, sino de mediano o largo, y que reducir la inversión en tecnología puede no sólo afectar la campaña presente, sino también arruinar el trabajo realizado en el pasado y complicarlo hacia el futuro.
“Es cierto que, por la expansión de las malezas, las estrategias de manejo son cada vez más costosas. Pero elegir un planteo de alto nivel tecnológico en lugar de uno medio, no es determinante en relación a los márgenes y sí puede serlo con respecto a los resultados”, agrega Caporicci.
Uno de los beneficios que aporta Finesse al respecto es su alta residualidad. Por eso, sirve tanto para enfrentar las malezas invernales como las que surgen de cara a la campaña estival. “Puede aplicarse para fina o para barbecho largo, es muy residual, justo para este momento”, afirma Caporicci.
Por otro lado, destaca también que, en un mercado global afectado por el Covid-19, hoy hay muchos productos químicos que no están llegando a la Argentina con normalidad. No es el caso de Finesse, que sí está disponible, por la previsión e inversión de compañías como FMC realizan para asegurar la provisión de herramientas para el productor. En paralelo, también está el resto de los productos que ofrece FMC para combatir las malezas: Shark para la problemática de crucíferas en trigo y Command36cs para barbechos de soja con problemática de lollium spp.
“Lo importante en esta coyuntura es que nuestra compañía continúa con su compromiso de abastecer al mercado de la mejor manera, con distintas herramientas para las distintas estrategias del productor en cada región”, concluye Caporicci.