A la hora de elegir el software, la empresa agropecuaria debe mirar puertas adentro cómo está estructurada su administración y su “cultura de la información”. La mayoría de las empresas agropecuarias familiares argentinas no tiene un gran estandarización de procesos, punto que lleva a fracasar muchas veces en la incorporación de los sistemas.
Por eso, hay que cambiar el enfoque, no se trata de comparar entre sistemas, se trata de mirar interpretar la capacidad de la empresa agropecuaria para gestionar con ellos.
Escuchá la columna de Ezequiel Cruz- consultor agropecuario de Grupo Cencerro- en Agrolink Radio
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Para entender y definir cómo gestionamos nuestra empresa, se deben revisar ciertos aspectos como:
1. ¿Cómo gestionamos las órdenes de trabajo y los stocks de insumos?
2. ¿La empresa presupuesta anualmente? ¿Trabaja con flujos de caja? ¿Arma los
márgenes proyectados de cada unidad de negocio?
3. ¿Hay una persona que lleve registro de las cuentas por pagar y cuentas por cobrar?
¿Se concilian los bancos semanalmente?
4. ¿Se revisa la información mensualmente y se compara periódicamente para
identificar desvíos?
No será lo mismo implementar para una empresa que ya trabaja estos puntos de la que no.
Se recomienda ir de menor a mayor y elegir los sistemas de acuerdo a la demanda de profesionalismo según el momento de la empresa. En este punto, las personas y los equipos son claves.
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Una vez que está definido el software, ¿cómo lo implementamos?
Será muy relevante tener un plan para implementar el sistema. Por un lado será clave la capacitación que brinda la empresa del software. De esta forma se aprenderá a usar correctamente la herramienta elegida.
Vale destacar que todos los software tienen mesas de ayuda e instructivos que son de gran utilidad.
Por otro lado- y según nuestra opinión, el punto más crítico- será fundamental que alguien externo acompañe el proceso de aprendizaje de los procesos necesarios para trabajar con un sistema de gestión y de seguimiento a las personas que participan del proyecto, para garantizar que el sistema pueda incorporarse a la cultura de la empresa.