Un equipo de fitopatólogos, integrado por especialistas de las unidades Paraná, Pergamino, Córdoba y Bordenave del INTA, detectó la presencia de roya amarilla en las variedades de trigo más sembradas en esta campaña. Esta enfermedad, causada por el hongo Puccinia striiformis, afecta a los cultivares de alto rendimiento y podría alcanzar hasta el 60 % de las variedades susceptibles. Técnicos del INTA recomiendan un monitoreo exhaustivo.
“Aunque es difícil estimar el área afectada, estamos frente a una enfermedad que se inició posiblemente en Entre Ríos y Santa Fe y desde allí a Córdoba y Buenos Aires”, describió Norma Formento, especialista del INTA Paraná –Entre Ríos–, quien aseguró: “Por la magnitud de esta infección, no hay antecedentes de ataques similares en la región triguera más templada y cálida de la Argentina; incluso se observan focos importantes en Uruguay”.
Además, la roya amarilla se encuentra diseminada con diferentes niveles de intensidad en el suroeste de Buenos Aires. “Casi toda el área pampeana fue afectada en forma severa por este hongo porque las condiciones climáticas son altamente conductivas”, indicó expresó Lucrecia Couretot, especialista del INTA Pergamino –Buenos Aires–, y agregó: “Una de las principales causas es la primavera fría”.
Como afecta fundamentalmente las hojas, la roya amarilla o estriada puede causar una reducción de la capacidad fotosintética. “Las pérdidas ocasionadas en cultivares altamente susceptibles pueden ser similares a las ocasionadas por roya de la hoja o del tallo”, aseguró Couretot quien recordó: “En la campaña 2015-16 las pérdidas de rendimiento en variedades susceptibles a esta enfermedad fueron de hasta un 55 %”.
En este sentido, Couretot destacó que una de las principales estrategias de control es el monitoreo. “En esta campaña es fundamental recorrer el lote y tomar numerosos puntos de referencia debido a que la enfermedad comienza en manchones y en variedades susceptibles”, detalló y aclaró: “El productor debe estar atento porque el progreso puede ser explosivo”.
Con respecto a los métodos, Pablo Campos, especialista en protección vegetal del INTA Bordenave –Buenos Aires–, recomendó: “la intervención química como una herramienta importante en esta campaña debido a que las variedades de alto rendimiento y más sembradas están siendo afectadas en forma severa”.
Para Couretot es fundamental conocer el perfil sanitario de los cultivares, “con esa información, se podrán intensificar los monitoreos en aquellas variedades susceptibles y tener en cuenta el rendimiento potencial del cultivo”, y alertó: “Para la próxima campaña será importante el uso de variedades resistentes para este tipo de enfermedades”.
En detalle
La roya amarilla es una enfermedad de aparición esporádica y suele detectarse en la región triguera sur, sobre cultivares altamente susceptibles de trigo pan, trigo candeal y triticale, cuando las temperaturas durante la primavera son más bajas de las normales.
“Para producir infección y afectar el rendimiento de los cultivos, esta roya requiere que las temperaturas sean inferiores a los 13 °C y que el período en el que la hoja queda mojada no debe ser menor a las seis horas”, explicó Formento y aclaró: “Puede aparecer durante todas las etapas del cultivo”.
Según Formento, “el signo típico de esta roya es la presencia en las hojas de pústulas muy pequeñas, de color amarillo limón, ubicadas en el sentido de las nervaduras, lo que le da un aspecto de distribución lineal”.
Debido a que el área afectada se necrosa, los rindes de la planta pueden caer considerablemente. “De las royas que afectan al trigo es la única que se propaga más allá del lugar del punto inicial de infección”, señaló Formento y agregó: “Pocas infecciones iniciales pueden derivar en el secado de las hojas”.