La pandemia hizo reinventar a miles personas a nivel mundial y nacional, cambios de modalidades de trabajo, estudio, ocio, entre otras. Uno de ellos fue el deporte que suspendido debido a las restricciones que se habían impuesto por el Covid-19, específicamente el polo. El Campo de Polo Argentino ubicado en la ciudad porteña de Palermo abría sus puertas un mes y medio al año por el Campeonato Argentino Abierto donde los aficionados del deporte se hacían presentes en las tribunas y los polistas participaban del torneo.
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El presidente de la Asociación Argentina de Polo, Delfín Uranga vio la pandemia como una oportunidad de transformación. En diálogo con Agrolink Radio comentó cómo el predio de Palermo comenzó a abrir sus puertas diariamente y poder acercar a todos los porteños a este deporte.
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A medida que las restricciones iban siendo menos estrictas, a finales del 2020 Uranga intentó aprovechar el Campo para que integrar a otras personas que no eran habitúes de este tipo de deporte. De a poco, implementaron un espacio gastronómico al aire libre que fue totalmente acertado en tiempos de coronavirus, ya que el predio tiene capacidad para 30 mil personas.
Delfín cuenta que debían "vencer la barrera cultural" del polo, es por ello que la gastronomía sería un punto favorable para ello y que las personas por fuera de ese deporte "se sientan cómodos".
Entre algunos de los equipos de chefs distribuidos en este paseo se encontraba el de Narda Lepes. A medida que las semanas pasaban, el presidente de la Asociación notaba una buena predisposición del público, que funciona hasta la actualidad.
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"Hubo una transformación muy grande. Estamos pensando en hacer oficinas sobre un polo innovación. Está andando muy bien Palermo hoy, es lindo lo que está pasando", comentó Uranga.
La creación de la Universidad de Polo
Delfín Uranga relata que el polo es un deporte de exportación de bienes y servicios al igual que una gran fuente de trabajo que se vio afectada por la pandemia, ya que no podían salir del país debido a los protocolo sanitarios que se habían impuesto.
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En especial, se vio afectado el trabajo de los petiseros, que está a cargo de verificar el estado físico y emocional del caballo, cuya profesión "es muy importante y podría generar una oportunidad de trabajo a muchos argentinos". Para Delfín, el polo tiene la particularidad de trabajo artesanal hasta el tope de gama.
"A partir de allí, nació la idea de abrir la Universidad de Polo, para no solo enseñar el deporte sino también darle identidad a las profesiones que lo rodean", señaló Uranga. La misma funciona a través de una aplicación, que integra a diversos alumnos argentinos y de todo el mundo.