La empresa BGA Energía Sustentable produce biogás a partir de los desechos de animales. Sus creadores son Martín Pinos y Ezequiel Weibel cuya idea surgió antes de que se graduaran en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) hace diez años atrás. ¿De qué se trató su proyecto?
En 2011, Martín tenía inconvenientes de logística con los residuos de cama de pollo, de su pequeña producción avícola que tenía. Su problemática se basaba en cómo poder retirar los desechos del establecimiento de manera sustentable. Weibel cuenta en Agrolink Radio, que a partir de una búsqueda de una alternativa, su amigo y socio pensó en el biogás para generar energía.
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A Ezequiel le pareció atractiva la idea y la presentaron en la incubadora de emprendimientos tecnológicos y sociales de FAUBA, también conocida como IncUBAgro, diez años atrás. En 2012, en la ExpoAgro los jóvenes de 24 años conocieron a Luis "Chirola" Urdangarin, un productor que estaba interesado en producir biogás.
Los primeros pasos de BGA
Luego de conocerse, Pinos y Weibel comenzaron el estudio de viabilidad del proyecto emblemático en "La Micaela", el campo de Urdangarin en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires. Allí, a partir de un feedlot -adaptado a la tecnología alemana- comenzaron a generar biogás.
Ezequiel explicó cómo se produce energía con un feedlot. Ellos apostaron por la materia orgánica del estiércol para generar la misma, pero todo esto lleva un proceso de degradación en cadenas cada vez más pequeñas. Finalmente, la molécula combustible y chica es el metano y el generador del biogás.
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Sin embargo, su trabajo se destacó porque diseñaron de otro modo el feedlot. Los fundadores de BGA armaron uno totalmente de hormigón, que permitió un manejo de efluentes amigable para el productor.
Como si fuera poco, el proyecto de Martín y Ezequiel, fue la primera planta de biogás que realizaron y a su vez, la primera en Argentina que vendió energía a la red pública nacional de más de 50 kW. "En este plan, Chirola confió 100% en nosotros y nos permitió llegar a donde llegamos. Estamos sumamente agradecidos con él", remarcó Ezequiel.
Sin financiamiento, no hay proyectos
Los jóvenes presentaron su proyecto en 2011, pero hasta 2016 no existió ningún tipo de programa. En ese sentido, Weibel comentó: "No hubo más voluntades, ni posibilidades de formar más proyectos de esta línea".
Cinco años más tarde, se lanzaron los programas Renovar 1, 2 y 3, que permitieron hacer licitaciones públicas. Ezequiel señaló que hubo varios proyectos sobre biogás en dichos programas, pero faltaba (y sigue faltando) lo más importante: el financiamiento.
Muchas de estas ideas tuvieron que ser financiadas por parte de los emprendedores. Para generar biogás, según indica Weibel, hoy es indistinto el uso de los sustratos, como el purín de cerdo, la cama de pollo o el estiércol de un feedlot. "El problema de hoy es el financiamiento. Las ideas están, pero lo que falta es la plata", concluyó.