Se conocen como plantas fitorremediadoras a aquellas que tienen la capacidad acumular, absorber, metabolizar, estabilizar o volatilizar algún compuesto denominado contaminante y que se encuentra en un ecosistema.
Por constituir una alternativa sustentable para solventar los problemas de contaminación ambiental que presentan los cuerpos de agua, el Instituto de Innovación para la Producción Agropecuaria y el Desarrollo Sostenible (IPADS) en Balcarce, estudia el rol de estas especies, su presencia y su posible propagación.
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“Con nuestro equipo de trabajo estamos llevando a cabo distintas actividades de investigación para estudiar el impacto ambiental en cuerpos de agua superficial del sudeste bonaerense, producido por la agricultura y otros tipos de producciones agropecuarias”, explicó Débora Pérez, investigadora del INTA Balcarce-CONICET.
El Instituto, que depende del INTA y el CONICET, monitorea los ambientes acuáticos, sacando muestras de agua y de sedimentos para medir contaminantes de origen agropecuario, como son los plaguicidas, fármacos de uso veterinario y exceso de nutrientes. “Queremos comprender la dinámica ambiental que tienen y el riesgo ecológico sobre los organismos acuáticos”, agregó Pérez.
En forma simultánea, identifican las diferentes especies de flora espontánea acuática que habitan los ecosistemas del sureste bonaerense, como son arroyos y lagunas. En esta tarea, colaboran diferentes investigadores de la Universidad Nacional de Mar del Plata.
“Identificamos las especies de plantas acuáticas más frecuentes y con potencial de ser utilizadas como especies fitorremediadoras, que pueden propiciar el saneamiento de las aguas que contengan contaminantes”, mencionó Elena Okada, especialista del INTA Balcarce.
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Actualmente, trabajan en la selección y evaluación de especies, como es el caso de la totora (Typha latifolia) que tiene capacidad de absorber, acumular y metabolizar en sus tejidos diferentes tipos de fármacos y de plaguicidas.
Para esta tarea construyeron un invernáculo que admite realizar experimentos bajo condiciones de hidroponía y también en mesocosmos para evaluar la capacidad que tienen las diferentes especies de plantas en acumular y transformar estos contaminantes en compuestos menos recalcitrantes para el ambiente.
“El desafío final que nos proponemos es utilizar distintas especies acuáticas, que puedan captar del medio estos contaminantes, reducir su carga a través de su metabolización a compuestos menos tóxicos, e implementar un sistema que permita mitigar el ingreso de contaminantes emergentes y nutrientes a los ecosistemas acuáticos afectados”, finalizó Okada.
Fuente: INTA Informa