El 30° Congreso Aapresid “un congreso a suelo abierto” ofreció un panel de sumo interés en el que se puso sobre la mesa el estado de cuestiones relacionadas a política y agenda agroalimentaria global. Expusieron: Manuel Otero (IICA), Victoria Lovenberg (Delegación de la UE en Argentina), Carlos Cherniak (FAO) Y Diego Guelar (Ex embajador argentino en China).
Manuel otero comenzó abriendo esta mesa, comentando que la agenda agroalimentaria global está al tope, generando amenazas y oportunidades donde los países del sur deben aprovechar esto para construir puentes de forma unida.
Otero hizo hincapié en que en la actualidad hay que enfatizar en 3 puntos: en primer lugar los agricultores (ya que son el eslabón imprescindible y esencial para la transformación de los sistemas agroalimentarios), en segundo lugar la ciencia (como insumo fundamental) y tercero, la agricultura (como parte de la solución).
Siguiendo con su punto de vista en cuanto a temáticas internacionales, Otero afianzó que hay que promover el desarrollo sostenible de manera conjunta.
Según Otero: “Acá no hay país que pueda salvarse solo, es fundamental que actuemos de manera coordinada, es preciso construir puentes entre producción y medio ambiente, repensar la institucionalidad en sustentabilidad e innovación y por supuesto en temáticas relacionadas a la bioeconomía, redefiniendo agendas, promoviendo inversiones, la inclusión social se realiza mediante la implementación de buenas prácticas y también con mucho más cooperativismo”.
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Viktoria Lövenberg, es quién tomó la posta hablando de estas temáticas globales comentando que la UE y Argentina comparten dos compromisos internacionales, por un lado el acuerdo de París y por otro lado la agenda 2030 para el desarrollo sostenible, adoptado en el marco de la ONU en 2015.
El acuerdo de París es un acuerdo puramente vinculante para enfrentar el cambio climático. El objetivo fundamental es reducir las emisiones de gases en un 55% de aquí a 2030. Por otro lado, al igual que Argentina, la UE está plenamente comprometida a fomentar el desarrollo sostenible. Ambas partes tienen objetivos colaterales para eliminar el hambre y la pobreza.
Lövenberg habló sobre la “Estrategia de la granja a la mesa”, la cual surgió en mayo del 2020. Esta estrategia se considera como piedra angular del pacto verde europeo, impulsa a que los sistemas sean verdes, sostenibles y equitativos, siendo respetuosos con el medio ambiente, protegiendo la seguridad alimentaria y garantiza acceso a dietas sanas a partir de un planeta sano.
Según Lövenberg: “Compartimos con Argentina también la elaboración de alimentos sostenibles y saludables para nuestros ciudadanos así como lograr rendimientos económicos justos a lo largo de toda la cadena alimenticia, estamos comprometidos a un desarrollo sostenible no solo en el presente sino también en el futuro”.
Quién prosiguió fue Carlos Cherniak. Habló sobre como FAO aborda cuestiones centrales para la producción de alimentos, y abarca temáticas desde la conservación de suelos, protección de la biodiversidad, uso responsable de fitosanitarios, entre otras cosas, todo esto orientado a asegurar la seguridad alimentaria y la nutrición. Argentina está sumamente comprometida con éstas temáticas.
Habló sobre como Argentina está predispuesta a seguir una forma de producción basada en un sistema científico tecnológico de primer nivel donde la sostenibilidad social, económica y ambiental ocupe un lugar de suma relevancia.
Cherniak aseguró que “la Argentina es escuchada a la hora de promover práctica de desarrollo sostenible”.
Diego Guelar es quién finalizó esta mesa temática. Realizó un análisis internacional con respecto a políticas y agenda agroalimentaria global.
Al empezar Guelar comentó que la invasión Rusa a Ucrania ha tenido un impacto global grande, donde también ha alcanzado a nuestro país. Esto sumado al impacto en años anteriores de COVID hizo que los países agarraran miedo y cerraran las fronteras y no apostaran al cooperativismo. “Esta dupla nos golpeó a todos”.
Según Guelar, el conflicto Rusia – Ucrania tuvo un impacto mundial directo en abastecimientos y precios, tanto productos energéticos como alimenticios. Se transformó en un conflicto global que plantea enormes desafíos. Aun así Guelar afirmó que “hoy Argentina y Brasil son claramente una opción para abastecer en cuanto a productos y precios al mundo debido a la escasez que genero este conflicto”.
Por último enfatizó que “tanto Argentina como Brasil desarrollaron el complejo sojero que hoy tenemos. Fue una buena adaptación a un momento de cambio central de la inserción de Argentina en el mundo. Fue un hito muy importante. Nos preparó después para incorporar a China y hacerlo nuestro socio”.