El documento, presentado en la semana mundial de concientización sobre el uso de los antibióticos, es una iniciativa conjunta de la FAO, las organizaciones mundiales de la Salud (OMS) y de Sanidad Animal (OIE) para llamar la atención sobre una de las mayores amenazas para la salud mundial.
El documento resume en 68 páginas la magnitud de la AMR en el sector alimentario, en particular el ganadero, en el cual se prevé un aumento futuro importante en la utilización de antimicrobianos.
Entre las recomendaciones, el texto insiste en la necesidad de intensificar las investigaciones en torno a los factores que influyen en que las bacterias resistentes se incorporen a los microbiomas intestinales humanos y animales.
También sugiere desarrollar procedimientos estándares de control y bases de datos para la creación de modelos adecuados de evaluación de riesgos.
La práctica de utilizar antimicrobianos para estimular el crecimiento animal debe reducirse gradualmente, señala el informe y recomienda a cambio trabajar en el desarrollo de antibióticos para mejorar la sanidad animal, incluyendo programas mejorados de vacunas.
Los autores del documento, expertos del Royal Veterinary College de Londres y de la FAO, dirigidos por Juan Lubroth, señalan algunos ejemplos que evidencian la magnitud de la amenaza.
Entre ellos está la reciente detección en varias naciones de la resistencia a la colistina, considerado hasta hace poco un antibiótico de última generación en la medicina humana, lo cual evidencia la necesidad de examinar las prácticas ganaderas, pues ese fármaco fue empleado durante décadas en cerdos, aves de corral, ovejas y en el cultivo de peces.
El informe se centra en la ganadería ante la previsible mayor demanda de proteínas de origen animal que acelerarán las operaciones intensivas, y ello pudiera multiplicar la incidencia de los patógenos de la AMR.
De igual modo las aves de corral, las de mayor consumo, seguidas de los cerdos, son importantes vehículos de transmisión de la resistencia a los antimicrobianos a los seres humanos a través de los alimentos.
El documento insta a trabajar de manera unida en todos los sectores y aspectos de la producción alimentaria -desde la explotación agrícola hasta el consumidor-, para desarrollar un enfoque integral contra la AMR.