El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de Argentina confirmó la existencia de “un brote de rabia paresiante que, hasta el momento, afectó a dos animales de la especie bovina y un equino”, en un establecimiento productivo cercano a la localidad de Machagai, departamento 25 de Mayo, provincia de Chaco.
La rabia paralítica o paresiante es una enfermedad epidémica y recurrente causada por el virus rábico transmitido por el murciélago Desmodus rotundus, que afecta principalmente a los bovinos, equinos, con menor frecuencia a otras especies domésticas, al hombre y a algunos animales silvestres.
“El Senasa recomienda a los productores que si detectan madrigueras o cuevas donde habiten o sospechen la presencia de murciélagos den aviso de inmediato a los veterinarios del Senasa, del ente sanitario de la zona, del Ministerio de la Producción provincial o profesionales privados, y no intenten destruirlo por iniciativa propia”, señaló el jefe del Programa de Rabia del Senasa, Gabriel Russo.
Tras confirmarse el brote a través del análisis de laboratorio correspondiente, el Centro Regional Chaco-Formosa del Senasa procedió a la interdicción de los establecimientos productivos que se encuentran en diez kilómetros a la redonda. En estos campos han quedado suspendidos por 30 días los movimientos de ingreso y egreso de animales.
Cabe señalar que en los establecimientos interdictados es obligatorio efectuar la vacunación inmediata contra la rabia a la totalidad de los animales de las siguientes especies: bovinos, equinos, porcinos, caprinos, ovinos, caninos, etc.
La rabia paresiante es una zoonosis que se transmite de los animales al hombre y es mortal, de ahí radica la importancia de la prevención mediante la vacunación de los animales susceptibles de contraer la enfermedad y el control de vampiros. Los brotes de rabia paresiante perduran no más de 18 meses con periodos ínter epidémicos sin la enfermedad de por los menos 3 o 4 años.
Los primeros síntomas observados en animales consisten en inquietud, falta de apetito, tendencia a aislarse y frecuentes vocalizaciones con un tono de voz diferente al habitual. Luego se observa depresión, deshidratación, con dificultad postural y ambulatoria, y finalmente la muerte.
Se recuerda a los productores que la rabia es una enfermedad de denuncia obligatoria, por lo que deben concurrir de inmediato a la Oficina del Senasa más próxima al establecimiento agropecuario. El veterinario tanto oficial como privado, deberá extraer una muestra para diagnóstico en laboratorio sin delegar a terceros. (Noticias AgroPecuarias)