La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) proyectó que la cosecha total de granos en 2020-21 será de 120,8 millones de toneladas, un 6,1% inferior a la del ciclo pasado. En lo que respecta al maíz, la producción prevista será de 47 millones de toneladas con 6,3 millones de hectáreas sembradas.
En los últimos años, los rendimientos de los cultivos han aumentado debido a la incorporación de la siembra directa y las tecnologías de manejo asociadas. Sin embargo, estamos atravesando un período de enfriamiento del Pacífico lo que ocasiona un evento Niña, cuyo pico máximo se dará en esta primavera. Esto trae aparejada escasez de precipitaciones en gran parte de las zonas productivas de nuestro país.
“Sin lugar a dudas el pronóstico de año Niña y la falta de agua que ya se está viendo en diferentes zonas del país conlleva a que los productores cada vez más pienses en el riego suplementario como una alternativa de inversión. No sólo en zonas áridas o semiáridas sino también en el pampa húmeda”, afirmó Nicolás Viramonte, Gerente Regional de Ventas de Valley Argentina. En ese sentido, indicó que “el riego permite independizarse de la disponibilidad de agua en el perfil para la emergencia y posteriores etapas del cultivo y apuntar a cultivos de alto rendimiento con un rápido retorno de la inversión”
Siguiendo a Viramonte, “el maíz vuelve a ser un cultivo clave para el ingreso de divisas en esta coyuntura de crisis sanitaria y económica que está atravesando la Argentina, y esperamos que el riego ayude a que tanto el país como las empresas agropecuarias puedan tener una mayor seguridad de cosecha. Es un ganar- ganar para todos”
Para la región centro del país, la fecha de siembra óptima va desde fines de septiembre a principios de octubre. “En este contexto de año Niña, esta fecha es factible utilizando tecnologías riego”, aseguró el gerente regional de ventas de Valley Argentina, y concluyó diciendo que “allí es donde se puede obtener el rendimiento potencial. No basta con tener agua, es necesario tenerla en el momento exacto”. “Además nuestros clientes están aprovechando la disponibilidad de los pivotes para regar cultivos de invierno y hasta cultivos de servicio”.
De acuerdo con ensayos de larga duración realizados por el INTA Manfredi, “en maíz se registra un incremento de rendimiento mayor al 50%”. Los estudios indicaron que “los principales factores que limitan la producción agropecuaria o generan una importante variabilidad interanual en los rendimientos, son la escasez e inadecuada distribución de las precipitaciones”. En ese sentido, los estudios del INTA Manfredi aseguraron que “el riego se convirtió en la principal tecnología agropecuaria que permite revertir y atenuar estos problemas”.
Los análisis de los estudios indican que, por cada milímetro, el maíz suma entre 19,4 kilos (de segunda) y 21 kilos (de primera).
La acentuada variabilidad interanual que se registra en gran parte de las regiones productivas repercute en la respuesta de los cultivos. Tanto la cantidad como la distribución de las lluvias limitan los rendimientos que alcanzan las plantas; en el caso del maíz, el déficit hídrico en el período crítico genera importantes mermas en la productividad.
Desde Valley Argentina, afirmaron que “estamos trabajando en la difusión de la tecnología del riego por pivot mostrado que es una inversión que está al alcance de todos los productores en muchas zonas de nuestro país. Para ellos estamos trabajando en forma conjunta con los diferentes actores, tanto del sector privado como del sector público”.