Federación Agraria Argentina (FAA) hizo un balance del año y una lista de reclamos para el gobierno nacional de cara al 2017. “Venimos denunciando hace tiempo las políticas de concentración económica y la desaparición de productores agropecuarios en el país, situación que se repitió en las últimas décadas, con distintos modelos y gobiernos. A fines de 2015, con el cambio de autoridades, se apuntó a mejorar la rentabilidad de la producción de granos. Por un lado, debemos decir que la suba de costos hizo que aumentaran los precios de los cultivos, pero no sus márgenes. Por el otro, que no hubo medidas efectivas que generen oportunidades para las economías regionales y los pequeños productores, en su inmensa mayoría hoy con ingresos por debajo de un salario mínimo”, lamentaron desde FAA.
Los directivos de la entidad reconocieron que se abrieron espacios para el diálogo institucional, pero aseguraron que la tendencia previa en lo económico se agravó. Por eso, advirtieron con preocupación que “el próximo podría ser un año con inversiones a gran escala, pero con más pequeños productores en crisis”. Para evitar este escenario, FAA considera que se necesitan “cambios urgentes en la matriz productiva”.
“La suba de costos tras la quita de retenciones al maíz y la devaluación, trajo problemas a la producción porcina, lechera y avícola. Numerosos chacareros debieron malvender sus cerdos y abandonar la actividad en la primera parte del año. Se perdieron tambos y se enviaron vacas lecheras a faena. Se cerraron criaderos de pollos, con la consecuente pérdida de empleos en los pueblos del interior”, detallaron.
Asimismo, criticaron que en 2016 no se alcanzaron a recuperar los mercados perdidos en el exterior, ni se abrieron aún las puertas a los nuevos. “A pesar de que esto se haya anunciado como prioridad de gobierno, decimos que sin políticas diferenciadas, no seríamos los pequeños productores los actores de esta salida. En tanto que seguimos convencidos que debe ser prioridad para el Estado fortalecer el mercado interno, que este año se vio muy debilitado por la caída del poder adquisitivo para la mayoría de la población y el ingreso de alimentos importados”, expresaron.
Y agregaron: “No podemos obviar que la concentración productiva que soporta nuestro país tiene un fuerte impacto ambiental, que debemos atender. Hay además problemas estructurales que persisten, como la mala infraestructura y los altísimos precios de nuestro país para transportar cargas, así como un sistema tributario de carácter cada vez más regresivo. En este sentido esperamos que los pequeños productores y cooperativas de las Economías Regionales podamos aprovechar las mejoras previstas por el Plan Belgrano y no sólo un puñado de grandes inversores o multinacionales”.
Los federados lamentaron que este año se hayan otorgado beneficios a la minería contaminante y no se hayan definido políticas para la agricultura familiar. “Seguimos siendo víctimas de la distorsión de precios entre el productor y el consumidor. El Plan de Fortalecimiento de Economías Regionales anunciado hace dos meses, depende ahora de la aplicación del Presupuesto 2017 votado por el Congreso Nacional. Además, hubo importación de banana, zanahoria, calabaza, aceituna, manzana y pera, que operó pisando los precios que percibimos los productores primarios”, enumeraron.
Los representantes de los pequeños productores consideraron “llamativa” la demora en sancionar una nueva Ley de Semillas que proteja sus” históricos derechos” como agricultores. “Estas dilaciones son funcionales a los abusivos mecanismos impuestos por la multinacional Monsanto”, afirmaron.
Asimismo, consideraron “alarmante” el recorte de presupuesto para programas y organismos como INTA y SENASA, que, según la organización gremial, “atenta contra la investigación para el desarrollo nacional, el acceso a la tecnología, el extensionismo y la asistencia técnica, para todo el universo de productores”.
“La prometida lluvia de inversiones, sin la presencia del Estado poniendo equilibrio y orientando prioridades, solo se traducirá arbitrariamente en una competencia injusta y desleal para los pequeños productores. Hasta aquí, las mismas, solo estuvieron alentadas mediante la flexibilización a la adquisición de tierras por parte de extranjeros y al blanqueo de capitales, con beneficios impuestos que dan más oportunidades a los especuladores que escondieron sus activos”, indicaron los federados.
Por eso, advirtieron que de no mediar cambios en las políticas públicas, se profundizará “un modelo que privilegia la escala, con más volumen pero sin desarrollo, con más producción pero menos productores”.
Para FAA, en 2017, las prioridades deberían ser la sanción de una nueva Ley de Semillas que contemple el derecho al uso propio, la reglamentación de Agricultura Familiar; la creación de un Fondo Anticíclico para Economías Regionales; una nueva Ley de Arrendamientos; fijar un precio mínimo sostén en origen; encaarar una Reforma Tributaria progresiva, establecer un Régimen de Amortización Acelerada y un Seguro Multiriesgo.