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El impacto macroeconómico de la pandemia

Un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba sobre el impacto macroeconómico de la pandemia indica que "la profunda crisis económica anticipa una lenta recuperación".

Un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba, analiza el impacto macroeconómico de la pandemia. Según el mismo, la actividad en el segundo trimestre del 2020 fue muy golpeada por la cuarentena. El producto retrocedió 19,1% interanual y 16,2% respecto al trimestre anterior, alcanzando la mayor caída del PBI para un trimestre de la que se tenga registro. El consumo privado se vio fuertemente impactado, retrocediendo 22,3% en términos interanuales, mientras la inversión se desplomó un 38,4%. La inversión se encuentra muy rezagada frente a la región y alcanzó su nivel más bajo (en relación al PBI) desde 2003, anticipando el gran desafío que significa la recuperación de la economía post COVID-19.

El impacto macroeconómico de la pandemia no tardó en trasladarse al mercado laboral, ya que 2,5 millones de personas perdieron sus empleos en el segundo trimestre del año. El problema se agravó debido a que muchas de estas personas que quedaron sin trabajo se vieron imposibilitadas de buscar otro ante las restricciones a la movilidad durante la cuarentena. Dado que estos trabajadores que perdieron sus empleos no se consideran técnicamente como desempleados, puesto que no buscaron uno, la tasa de desempleo aumentó “sólo” a 13,1% a nivel nacional; pero en realidad, los datos sugieren que el desempleo habría alcanzado a casi 29,2% de la fuerza de trabajo durante el segundo trimestre.

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Esto se percibe de mejor manera en el aglomerado urbano de Gran Córdoba, donde la tasa de desocupación aumentó a 19,1% no por una mayor destrucción de puestos laborales frente al resto del país, sino debido a que, dadas las menores restricciones de movilidad en la ciudad, mayor cantidad de personas permanecieron activas en la búsqueda de un empleo luego de perder sus trabajos. Esto ayudó a que el empleo en Gran Córdoba cayera 5 puntos porcentuales menos que a nivel nacional.

En este contexto, las menores restricciones a la movilidad en el tercer trimestre pueden llevar a una reacción más rápida de la tasa de actividad (personas con empleo o en búsqueda de uno) que de la tasa de empleo (personas ocupadas), por lo que no se descuenta la posibilidad de un rebote de la tasa de desocupación en la segunda mitad del año.

Continúa aumentando el déficit fiscal y el desequilibrio monetario

El déficit primario en agosto fue de 90 mil millones de pesos, una importante reversión frente al superávit alcanzado en el mismo mes del año anterior. En efecto, se presentó una mejora recaudatoria respecto a los meses anteriores; el aumento de los ingresos del sector público respecto a agosto de 2019 fue de 24,9%, creciendo los ingresos tributarios en 30,1%, reflejando alguna mejora gradual de la actividad. De todos modos, estas variaciones continúan rezagadas respecto a la inflación, que en agosto se ubicó en 40,7% interanual. Por el contrario, el gasto continúa aumentando por encima de los precios. Los gastos primarios crecieron 56,9% interanual en agosto, destacándose el incremento de las prestaciones sociales, con aumentos de 87,6% ante los mayores desembolsos para hacer frente a las medidas de contención frente a la crisis.

Por más que el resultado fiscal fue mejor al de meses previos, donde el impacto de la cuarentena fue mayor, continúa la tendencia de financiar este bache fiscal con emisión monetaria, que ya acumula 1,6 billones de pesos en todo 2020. Considerando que la base monetaria a finales de 2019 equivalía a 1,7 billones de pesos, resulta evidente el peligro de esta dinámica para la estabilidad monetaria y macroeconómica del país. Este desequilibrio monetario aumenta el riesgo de profundizar el impacto económico de la crisis, en un contexto donde no se avizora un programa de política económica claro y consistente para reducirlo.